El tercer trimestre de una embarazada con esclerosis múltiple

Embarazada con esclerosis múltiple.

Alrededor de los años cincuenta, se creía que con el embarazo empeoraba la enfermedad, por eso se recomendaba evitarlo. Después de muchos estudios a mujeres con esclerosis múltiple, en los noventa, se demostró que esta afirmación era incorrecta, (como muchas otras). No solo no modifica el curso de la enfermedad a largo plazo, sino que además, durante el segundo y especialmente el tercer trimestre el riesgo de padecer un brote, se reduce considerablemente. Todo este bienestar es gracias a una hormona llamada estriol que producimos cuando estamos embarazadas y con la que hay un par de estudios en marcha.

Esta semana entro de lleno en la recta final, en el ansiado tercer trimestre. Es maravilloso tener a la esclerosis múltiple en modo pausa, aunque indirectamente me esté provocando otros malestares. Pero me quedaría embarazada para siempre, simplemente por el hecho de darle una patada en el enorme trasero de esta enfermedad. Sería un “te he ganado” en todo regla.

El problema de este último periodo es el cansancio y el peso que he ido cogiendo a lo largo de estos meses. Ahora es cuando estoy sintiendo que tengo una enfermedad crónica, que mi cuerpo es más débil de lo que me creía y que tengo músculos en algunas zonas que están menos fortalecidos que en otras que tengo menos afectadas.

Obviamente era algo que ya sabía de antes del embarazo, que intenté tonificar y que muchas veces, para continuar, suples de manera inconsciente con la fortaleza de otros músculos. Pero ahora, son demasiados cambios en poco tiempo, y aunque lo intento, voy a andar, hago mis ejercicios, mis estiramientos, especialmente la pelvis y las piernas se resienten.

Original. 

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