Aislado y con cuidados especiales en una pequeña habitación de la Ciudad de los Niños, con ubicación en Viguera, el pequeño Edgar cumplió antier 21 años de lucha silenciosa por sobrevivir a su parálisis cerebral, convulsiones frecuentes y luxación de cadera.
Su caso es delicado «mi temor es que Edgar caiga en cualquier momento en una crisis de salud por falta de medicamentos, debido a que no tenemos recursos suficientes para su tratamiento», advierte el sacerdote Francisco Baruch Soriano Garcia, director de esa institución protectora de niños en desamparo.
Los medicamentos y cuidados especiales de Edgar representan una erogación mensual superior a los tres mil pesos, explicó el presbítero.
Sus padecimientos lo han devastado físicamente. Fue abandonado hace 21 años a los pocos días de su nacimiento, pero físicamente parece un niño de 13 años, agregó.
Al precisar que la Ciudad de los Niños jamás ha perseguido fines de lucro, el sacerdote, quien vivió parte de su niñez y adolescencia en esa institución, hizo un nuevo llamado a la comunidad médica de Oaxaca y a los clubes de servicios para que apoyen el tratamiento de Edgar.
Edgar ha sobrevivido por el calor humano de sus compañeros, pero también por el consumo de los siguientes medicamentos: Kepra (Lavetiracotan) de 130 miligramos, Topiramato tabletas de 100 miligramos, y Valproato de magnesio de 40 mililitros.
Los tres medicamentos resultan indispensables para el control de sus convulsiones. Requiere, igualmente, de Pharmaton Kiddi (Vitaminas y minerales).
El sacerdote explicó que Edgar es hijo de padres alcohólicos y drogadictos. Fue rescatado milagrosamente con vida en el río Atoyac, bajo el puente Valerio Trujano, en la ciudad de Oaxaca. Al mes de nacido lo desahuciaron y desde entonces libra una lucha muy fuerte contra la muerte.
Los daños en su cerebro fueron fatales y lo privaron del sentido del habla.
