Detección computadorizada del autismo

Detección computadorizada del autismo

¿Hay rasgos faciales característicos del autismo? Parece ser que sí, a juzgar por los resultados de una nueva investigación que partió de la intuición de una profesora tras años tratando a niños con el trastorno.

El autismo es una gama de trastornos muy relacionados entre sí, diagnosticados en pacientes que exhiben un mismo conjunto básico de síntomas, incluyendo retrasos en aprender a comunicarse con los demás y a interactuar socialmente. Una detección en niños es vital para que los tratamientos sean más efectivos y produzcan los mejores resultados.

Todo comenzó cuando Judith Miles, ahora profesora emérita de genética de salud infantil en el Centro Thompson de Autismo y Trastornos del Neurodesarrollo, adscrito a la Universidad de Misuri en la ciudad estadunidense de Columbia, comenzó a percatarse, tras años tratando a niños autistas, que una porción de aquellos diagnosticados tienden a parecerse en algunos detalles faciales sutiles.

Ella pensó entonces que quizá tras esas similitudes había algo más que una simple casualidad. Los rasgos que los hacían asemejarse no eran anormales, sino que más bien resultaban comparables con las similitudes existentes entre hermanos.

Valiéndose técnicas digitales 3D de captación y procesamiento de imágenes, así como de técnicas de análisis estadístico avanzado, Miles, Ye Duan, profesor de ciencias de la computación en la universidad antedicha, y otros investigadores, identificaron medidas y proporciones de rasgos faciales en niños con autismo que podrían llevar hacia una herramienta de exploración para detectar el autismo en niños, e incluso aportar pistas adicionales sobre las causas genéticas exactas del trastorno.

Ampliando estudios previos en los que se utilizaron técnicas de captación y procesamiento de imágenes en 2D, el equipo de Duan y Miles empleó un sistema de cámaras para fotografiar las caras de los niños y generar imágenes tridimensionales de ellas.

Los seleccionados tenían entre 8 y 12 años de edad. Un grupo había sido diagnosticado con autismo por el Centro Thompson; el otro grupo constaba de niños con desarrollo normal.

Duan, Miles y sus colaboradores efectuaron entonces sofisticados análisis estadísticos para medir diferencias diminutas en las medidas faciales de cada rasgo facial de los individuos de cada grupo.

Los análisis revelaron tres subgrupos diferentes de niños con autismo, en cada uno de los cuales los niños compartían de manera significativa ciertos detalles faciales. Estos subgrupos resultaron compartir también similitudes en el tipo y la gravedad de sus síntomas autistas.

Los resultados del estudio se han hecho públicos a través de la revista académica Journal of Autism and Developmental Disorders, editada por Springer.

 

 

 Fuente 

(Visited 10 times, 1 visits today)

Etiquetas , ,