Autismo, ese muro invisible que traspasar

La mala información, el desconocimiento y los preconceptos sobre algunos temas terminan por generar falsas creencias. El autismo es una de esas temáticas. Por ello Estilo dialogó con la especialista Silvia Elena Tendlarz, doctora en Psicología y psicoanálisis, profesora y autora del libro “Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia”, que llegará mañana a Mendoza para despejar dudas.

 

¿Qué es el autismo? “Una forma, un funcionamiento subjetivo y singular, que se caracteriza por dos aspectos: uno se llama ‘la soledad’, y el otro ‘la fijeza’ -explica Tendlarz-. La soledad tiene que ver con el corte del lazo con el otro, y la fijeza se vincula con las denominadas conductas estereotipadas”.

 

– ¿La soledad en la que está envuelto el niño es total?
– En realidad la soledad como rasgo no es total, ya que se ve por parte del niño autista el esfuerzo por entrar en contacto con la otra persona, y establecer algún lazo sutil con ella. Lo que sí permanecen son las estereotipias, pero que en realidad son intereses específicos, conductas repetitivas, reiteradas. Corresponden a esa modalidad de funcionamiento (que caracteriza al autismo) la necesidad de mantener un mundo fijo y ordenado por parte del chico, y una manera de defenderse de la angustia que le produce la presencia del otro. Los niños con autismo tienen la necesidad de que todo quede en su lugar.

 

– ¿Qué lo genera? ¿Cuál es el origen?
– Hay muchas teorías: genéticas, de localizaciones cerebrales, teorías ambientales e incluso psicológicas, en donde se pensaba que era por causa de la madre, un error tremendo, ya que ninguno de los padres es responsable o la causa de que el niño sea autista. Lo importante en realidad radica en tener el criterio de ver qué se hace ante un caso de autismo una vez diagnosticado. Es decir cuál es el mejor tratamiento para el chico, para que pueda desplazarse de ese encapsulamiento autista, de modo tal de que pueda percibir objetos y personas.

 

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-¿ Hay diferentes tipos de autismo?
– En general se distinguen el infantil-precoz de la pequeña infancia, y el síndrome de Asperger, que es cuando el chico tiene mayor acceso al lenguaje. En realidad el accionar autista es uno solo, y lo que puede decirse es que existen distintos tipos de funcionamiento del “borde”, un término de Jean-Claude Maleval que describe las operaciones que hace el sujeto autista para regular la excitación excesiva que agita su cuerpo, siendo que no cuenta con las palabras ni con los vínculos sociales para hacerlo. Puede tratarse de una barrera hecha de movimientos rítmicos, balanceos o presiones sobre los ojos, para aislarse del mundo y de sus estímulos.
Estos distintos tipos de funcionamiento del “borde son variaciones que corresponden  al distinto desplazamiento del encapsulamiento autista.
Es decir que pueden  disponer de elementos como  como el objeto autista, el doble (facilitador para el autista que puede ser un dibujo animado al que imitar, un adulto que acompaña en el desplazamiento, o hasta un teclado de ordenador para comunicarse sin hablar),   o los intereses específicos que le permitan ir de a poco y paulatinamente para interactuar con el medio.

 

 

–  En muchas películas, y ahora series, el Asperger ha tenido mucha más visibilidad ¿Esto a ayudado a que el público tenga una mayor y acertada información?
– Nosotros en la Universidad de Buenos Aires realizamos con el equipo una investigación sobre el impacto del medio audiovisual en la expansión del autismo. Efectivamente si uno habla de autismo en cualquier lado o contexto, quizá muchas personas no saben bien de qué se trata, pero si se alude a filmes clásicos como “Rain Man”, todo el mundo conoce o tiene una idea de autismo porque vio la película. Esos personajes e historia (como otras) permitieron una expansión y divulgación del tema del autismo.
En la actualidad quizá se tomó más como figura el Asperger por capacidades específicas del chico.
El síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista, y quienes lo padecen  pueden tener un comportamiento social inusual y un interés profundo en algunos temas específicos.

 

 

Esos intereses determinados les dan ciertas capacidades que los diferencia de los chicos con autismo infantil precoz que se pudieron ver en la película “Rain Man” , con el personaje interpretado por  Hoffman).
El cine o las series trabajan mucho en personajes con el síndrome de Asperger. Hay estilos que corresponden a una divulgación de lo que es el autismo (y a los tratamientos posibles) pero muchas veces hay un “uso” del personaje que termina por estereotipar el tema, ya que no toda persona retraída sobre sí misma es autista por diagnóstico, ni todos cortan el lazo.

 

– ¿Qué características visibles caracterizan al Asperger?
– Hay muchos autistas llamados de alto nivel que tienen acceso al lenguaje, pueden tener algún lazo con los otros, pero fundamentalmente tienen una interés por algo en particular que hace que sobresalgan y que les interesa mucho.

 

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– ¿Cuándo los papás pueden empezar a notar aspectos autistas en su hijo?
– El autismo se inicia en la pequeña primera infancia, ya sea el infantil precoz, o el Asperger. No hay un inicio de ningún autismo a los 10 años.
Lo que sucede es que hay muchos jóvenes adultos que no fueron diagnosticados en su momento, y que terminan consultando por ciertas particularidades de su personalidad, dando con un diagnóstico que no esperaban. Incluso a los 20 o 25 años.

 

 

– ¿Qué tienen que tener en cuenta los papás en esa primera infancia para prestar atención y acudir al especialista?
– El diagnóstico de autismo no es una suma de características. Por eso muchos papás caen en el error de apresurarse y creer que su niño es autista porque no habla, cuando en realidad he visto muchas veces que se trata de niños con trastornos de lenguaje, pero no con autismo. Algo que implicará otro tipo de diagnóstico y tratamiento para llevar adelante.
Es fundamental hacer un diagnóstico bajo transferencia. Es decir ir a una consulta que no no se trata de llenar un fichero, ni un papelito para  marcar los síntomas que se ven en el niño, sino de una consulta profesional. Mediante la misma se puede hacer un diagnóstico positivo, ya que hay una diversidad de situaciones por los que el niño puede romper el lazo, o no hablar, pero no siempre se trata necesariamente de que sea autista.

 

– Cuando hablamos de acudir al profesional ¿A qué tipo de especialidad se alude?
– Hay dos aspectos. Uno es que el diagnóstico que debe hacerse bajo transferencia con un psicólogo o analista, pero no puede dejar de estar la consulta médica. Considero que en un niño pequeño que tiene una dificultad a la vista de sus padres, tiene que pasar por un pediatra y un neurólogo, algo muy necesario para que  los padres se queden tranquilos de que no hay problemas de otra índole.
Para el diagnóstico de autismo, si bien neurólogos y pediatras pueden hacerlo, considero que es muy importante dentro de un dispositivo analítico (que yo hago como varios profesionales) poder hacer un diagnóstico positivo, ya que es importante ver en diversas entrevistas que se hacen con el chico, cómo reacciona, porque un neurólogo lo ve una o dos veces, pero el psicólogo debe ahondar  y verificar el diagnóstico, durante un par de meses, y en diferentes tipos de entrevistas.

 

 

 

– ¿Tiene un cambio o avance el autismo una vez que se diagnostica y trata en el tiempo?
– El autismo evoluciona hacia el autismo. Un sujeto autista no deja de serlo, pero lo que sucede es que en la primera infancia, como el es momento de adquisición del lenguaje, aparecen dificultades más marcadas, porque el chico puede tener un retraso que se añada a su aislamiento, y no por una cuestión de inteligencia. Por eso, en esa instancia es fundamental hacer un trabajo interdisciplinario con otros profesionales: fonoaudiólogos, psicomotricistas…En fin todo un equipo, para diagnosticar al niño, dependiendo la dificultad que aparezca.
El tratamiento (una vez realizado el diagnóstico) da la opción de que el chico salga de esa retracción inicial, y de brindarle desarrollo y soluciones de modo tal que pueda interactuar y estar en el mundo.
Que el autismo evolucione hacia el autismo no significa que el chico va a permanecer siempre de la misma manera, puede lograr incluirse en el mundo social, tener su trabajo, estudiar y ser parte de la vida como todos.
Algunos niños presentan más dificultades para sacarlos del encapsulamiento, pero la idea del tratamiento es darles la chance (de acuerdo a los recursos subjetivos del chico y su situación particular) para incluir objetos y personas para que puedan tener un mundo más amplio.
A veces la farmacología es necesaria, pero no existe una medicación para el autismo, ni hay que pensar que hay que medicarlos de manera estandarizada, de lo contrario se genera un abuso.

 

 

 

Para agendar

 

Silvia Tendlarz es doctora en Psicología y Psicoanálisis, profesora a cargo de la cátedra “Clínica del autismo y de las psicosis en la infancia” en la Facultad de Psicología de la UBA, Docente del Instituto Clínico de Buenos Aires, y de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad Nacional de San Martín; entre otras notables áreas de trabajo.

 

Mañana, de 9 a 13 y de 16 a 19.30 disertará sobre el tema en el Colegio de Psicólogos de Mendoza (La Plata 54, Ciudad).

 

 

Original.

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