A veces, simplemente, te cansas y hay que empezar de nuevo

Comportamiento

A veces, simplemente, te cansas y te das cuenta de que no hay otra opción: debes empezar de nuevo.

Nos cansamos del rumor de lo que nos envuelve, de palabras que ya no son sinceras, de escenarios y personas que ya no nos aportan.

Nos cansamos también de nosotros mismos, de cómo somos en esos entornos poco afectivos, interesantes o respetuosos. Dejamos de reconocernos ante el espejo.

En realidad, las personas necesitamos muy poco para ser felices. La “psicología de lo simple” nos recuerda que el bienestar se esconde en lo más elemental, en las dimensiones más puras y básicas, como son el amor, el respeto, la libertad o la compañía de personas significativas.

Sin embargo, en ocasiones, todos podemos sentir ese cansancio existencial que no es otra cosa más que la infelicidad y el peso de las carencias. Una forma de abordarlas es empezar de nuevo.

Algo que, como ya sabemos, no es precisamente fácil.

 

Cuando te cansas y todo se derrumba

El cansancio emocional y psíquico es algo muy habitual en el ser humano. Llegamos a un punto en nuestro senderos vitales en que nos sentimos saturados, pero no saturados por tener muchas cosas, muchas obligaciones o responsabilidades.

Esta saturación, esa sensación asfixiante que aparece cuando te cansas mental y emocionalmente se debe a una falta de reciprocidad. Tú inviertes y no recibes. Tú alimentas ilusiones y estas no se cumplen.

Veámoslo en detalle.

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El naufragio emocional

El naufragio emocional es una deriva personal donde nos sentimos perdidos.

Hemos invertido tiempo y esfuerzos en determinadas personas, en nuestras parejas, en nuestros amigos o en nuestros trabajos, para descubrir al final que nada de eso ha valido la pena o, en consecuencia, nada ha sido como esperábamos.

  • El sentirnos cansados día tras día, notando además cómo nos faltan las fuerzas y cómo cambia nuestro carácter, hasta el punto de que el mal humor sea esa sensación constante, son indicadores de que algo no va bien.
  • Cuando te cansas de todo y nada te interesa o te ilusiona es una pista directa de que, tal vez, estás tocando fondo.
  • Este naufragio personal puede durar semanas, pero cuidado, no debería extenderse más allá de los dos meses, porque en este caso ya podríamos estar hablando de una depresión.
  • Podemos “estar mal” unas semanas. Tenemos pleno derecho a sentir la decepción, el abatimiento y ese cansancio emocional para, después, ir reconstruyendo cada fragmento. Ahora bien, no debes dejar que esta situación se vuelva crónica.

Para combatir el cansancio emocional… Cambia, muévete, propicia variaciones

Si no puedes más, reacciona. Si nada te interesa, cambia. Si todo te parece gris y apagado, busca tu brocha de color. Si solo ves falsas sonrisas y frías caricias, busca personas más cálidas, pero nunca te quedes en el mismo sitio.

A menudo, los psicólogos nos dicen aquello de que la realidad “no existe”, porque cada cosa que vemos ante nosotros es una simple interpretación de nuestros cerebros, ahí donde el pensamiento y la emoción son elementos clave.

Ahora bien, todos sabemos que, a veces, la realidad es la que es, algo duro, complicado y hasta doloroso.

  • Para propiciar el cambio es necesario que, en primer lugar, conozcamos muy bien la situación que nos envuelve y cómo es nuestra realidad.
  • Si tu realidad es que a tu lado tienes a alguien con quién no eres feliz, es necesario poner una solución.

A veces no hay por qué buscar culpables. El amor se apaga, la complicidad se desvanece y no hay más remedio que asumirlo y poner una solución.

mujer-columpio reaccionando a esos días en que te cansas

Si te cansas de lo que eres ahora, si percibes que tus ocupaciones, lo que te rodea y lo que haces y dices no te hace sentir bien, entonces será el momento de “reconstruirnos por dentro”.

Lejos de lo que muchos puedan decir, las personas sí podemos cambiar con el tiempo, y eso se llama experiencia.

  • Si me doy cuenta de que “decir sí” a todo me ha traído más problemas que otra cosa es momento de ser más asertivos, de cuidar más de nuestra identidad y autoestima para atrevernos ya a decir “no” cuando así sea necesario.
  • A veces, para mejorar personal y emocionalmente, hay que empezar de nuevo. Solo entonces seremos capaces de ponernos a prueba, de descubrir nuestras fortalezas en otras situaciones, en escenarios nuevos donde gustarnos más y sentirnos orgullosos de nosotros mismos.

En conclusión, si a día de hoy te has dado cuenta de que te sientes cansado, saturado por todo lo que te envuelve o siente tu interior, tal vez sea el momento de poner la llave en la cerradura de tus miedos para desbloquearlos.

Atrévete a dar el paso porque, en ocasiones, basta solo un pequeño cambio para que acontezca una nueva realidad para ser feliz.

Ponlo en práctica. Lo mereces.

 

Original.

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