Trabajar como freelance en tu lugar de vacaciones, no es tan fácil como parece

Trabajando

Para aquellos que tienen la oficina en casa no es tan raro irse de vacaciones y seguir enganchados, al menos parcialmente, a nuestro trabajo. No se trata de que sean unos adictos al trabajo, sino de que muchas veces es imposible dejarlo todo y marcharse. Por eso toca trabajar en tu lugar de vacaciones algo que puede ser mucho más difícil de lo que parece.

Empezando porque estamos de vacaciones con más gente y tenemos que adaptarnos a los horarios de los demás. Esto implica que trabajar muchas veces implica madrugar para aprovechar las primeras horas del día o aprovechar cuando los demás descansan a la hora de la siesta. Eso en el mejor de los casos, porque en otras ocasiones implica renunciar a planes conjuntos.

Perdemos productividad al cambiar de entorno

Después tenemos que buscarnos la vida para encontrar un lugar de trabajo adecuado. Te puedes olvidar de tener ese despacho que te aísla en casa. En el mejor de los casos vamos a tener una sala común, donde poder colocar el portátil, en el peor, trabajamos en el sofá o en la cama, algo que no ayuda en nada a finalizar rápido una tarea. Las cafeterías con WiFi son un buen recurso de emergencia, pero no todo el mundo está acostumbrado a trabajar en sitios públicos.

Realmente no estamos de vacaciones, sino que trabajamos donde los demás están de vacaciones

Podemos tener la tentación de salir a trabajar al exterior. Es aquí donde te das cuenta que la pantalla de tu portátil no se lleva bien con la luz del sol, que el reflejo te hace estar chino delante de la misma o que el WiFi llega con una cobertura muy pobre. No está de más tener localizado algún cooworking por si tenemos alguna urgencia y necesitamos estar unas cuantas horas trabajando «de verdad».

Porque este es otro de los problemas. En ocasiones pensamos que tendremos conexión a Internet y cuando llegamos a nuestro destino es muy pobre o prácticamente inexistente. Si quieres trabajar más te vale tener al menos una buena provisión de gigas en tu móvil para conectar el portátil a través de éste y rezar para que tenga buena cobertura allí donde vas.

Por último siempre tenemos el smartphone para las emergencias, pero no debemos estar todo el tiempo de ocio pendiente del mismo. Es importante imponernos unos horarios si queremos revisar algo, por la mañana, a medio día y por la tarde, no más de 5 o 10 minutos y listo. El resto del tiempo mejor no prestarle atención al móvil.

Por todo esto si muchas veces vamos con la idea de me conecto una horita por la mañana y listo podemos sentirnos frustrados cuando sin darnos cuenta llevamos tres horas pegados delante del portátil y no hemos acabado. Mejor planificar bien el tiempo y tratar de anticipar todo lo posible para que en el lugar de vacaciones sea solo revisión de tareas y poco más.

 

 

 

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