Este martes 18 de febrero se celebra en el mundo el Día Internacional del Síndrome de Asperger. No se trata de una enfermedad, sino de una condición neuronal distinta a la más frecuente de la población. Hay quien lo define como una forma de autismo de alta funcionalidad ya que comparten varias características y se engloba dentro de los trastornos del espectro autista (TEA) sin discapacidad.
Este trastorno del neurodesarrollo hace que las personas tengan un funcionamiento diferente en la comunicación, en la interacción social y en la adaptación flexible a las demandas rutinarias; difiere con lo que ocurre con los autistas, que tienen un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media o superior a la media.
Los niños tienen más posibilidades de padecer el síndrome Asperger que las niñas
Todavía no se sabe a ciencia cierta las causas de los trastornos del espectro autistas aunque sí hay sospechas de razones genéticas/hereditarias, como el síndrome de Rett y el síndrome del cromosoma frágil. Además, el riesgo a padecer el síndrome de Asperger se eleva según antecedentes familiares, cuando son bebés que nacen antes de las 26 semanas de gestación o cuando son hijos de padres mayores. También influye el sexo, ya que los niños tienen más posibilidades que las niñas.
Los síntomas del síndrome de Asperger cambian según la edad. Durante la infancia suelen ser niños con gran habilidad memorística, con un lenguaje levemente raro, usan ejemplos literales que leen o escuchan, son felices con rutinas y pueden comportarse mal por frustración y ansiedad.
En la adolescencia pueden mostrar una falta de interés a la hora de interactuar con otras personas de su edad, suelen autoimponerse rutinas, su expresividad facial puede ser limitada o cuentan con cierta torpeza motora, entre otras cosas. En cambio en la edad adulta los síntomas más evidentes son las dificultades para trabajar en equipo, problemas para tener amigos o pareja, incapacidad de comprender el lenguaje no verbal, ansiedad, depresión, falta de filtros a la hora de expresar lo que piensan, etc.
Diversos estudios de prevalencia de la discapacidad intelectual en la población infantil y adolescente con TEA (menores de 18 años) apuntan a que podrían representar en torno a un 45-70 por ciento del colectivo TEA.
Autismo España reclama el reconocimiento específico del TEA
Con motivo del Día Internacional del Síndrome de Asperger, bajo el lema “#Hazespacio”, Autismo España reclama el reconocimiento específico del TEA, en el que se incluye el síndrome de Asperger, en los ámbitos normativo y administrativo, como un trastorno con características específicas y necesidades propias, tal y como ya está reconocido por la Comunidad Científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con esta campaña, reivindican una mejora en el reconocimiento de las necesidades de las personas con síndrome de Asperger en los sistemas de valoración de la discapacidad y de la situación de dependencia, así como la incorporación del TEA de manera específica en la normativa española, para garantizar la eliminación de los vacíos existentes en la actualidad y acabar con las discriminaciones que sufre el colectivo en ámbitos como la educación o el empleo.
Según lamentan, hasta la fecha, todas las regulaciones que identifican a colectivos vulnerables relacionados con la discapacidad emplean la fórmula ‘Personas con parálisis cerebral’, ‘personas con enfermedad mental’, ‘personas con discapacidad intelectual con un grado de minusvalía reconocido igual o superior al 33 por ciento’, quedando el colectivo TEA (incluyendo las personas con síndrome de Asperger) fuera de cualquier reconocimiento de derechos.
