Película: Pasos de héroe

Eduardo tiene un sueño, jugar el mundialito, el torneo de fútbol de su pueblo, y está dispuesto a todo para lograrlo, pese a no tener el apoyo de muchas de las personas que lo rodean y que la mayor parte de su equipo, como él, sufre de alguna discapacidad física.

Esta es la historia de la película ‘Pasos de Héroe’, la ópera prima de Henry Rincón que rodó en el municipio cafetero de Pueblorrico, Antioquia, a tres horas de Medellín.

Eduardo, interpretado por Federico López, es un niño de 10 años víctima del conflicto armado, a quien le falta una pierna, sin embargo, eso no ha sido impedimento para lograr lo que se propone. En el hogar campesino en el que habita, el director Lucio, es un hombre conservador, retrógrado y de aspecto militar que le hará la vida imposible a Eduardo y el niño a su vez a él. Junto a su profesor de música, Eduardo, Valentina y sus amigos, vencerán varios obstáculos para lograr su cometido.

Henry, su director, se vinculó con la producción audiovisual a partir de sus estudios de actuación para teatro, cine y televisión, para luego dedicarse a la docencia y dirigir cortometrajes.

A través de la productora Héroe Films, lidera el desarrollo del taller cinematográfico ‘El Mundo de los Héroes’, enfocado a niños en situación de vulnerabilidad; como resultado, es director de los cortometrajes ‘Unas vacaciones espaciales’ y ‘Los héroes’, los cuales tuvieron presencia en diversos festivales infantiles y de derechos humanos a nivel nacional e internacional.

Foto: Colprensa.

Foto: Colprensa.

¿Cómo inició ‘Pasos de Héroe’?

La película inició en 2009 con su proceso de escritura de guión, enfocado a un cine de infancia, con los niños. Todo esto porque siempre me ha interesado trabajar con ellos y para ellos, quizás porque siento que el soñar debe ser para toda la vida y no sólo una cosa de niños.

¿Cómo surgió el tema de los héroes?

Empezamos elaborando unos talleres llamados ‘El mundo de los héroes’ de iniciación cinematográfica con niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, tanto en Medellín como en distintas partes de Antioquia. Allí les hacemos toda la experiencia sobre las todas las áreas del hacer cine, como el arte, vestuario, maquillaje y fotografía, invitándolos a que cuenten sus cuentos a partir de sus propios guiones que ellos mismos actúan y ayudan en su realización.
Todo esto termina en una premier especial.

Más que buscar que sean cineastas o fotógrafos, lo que buscamos es que sean grandes seres humanos, porque son pelaos que no tienen muchas posibilidades en la vida, y la idea es que al momento en que tengan que tomar decisiones, puedan tener los argumentos para saber por dónde se tienen que ir.

¿Quiénes integraban estos talleres?

Muchos de estos niños eran aquellos que transportaban las armas en los barrios o quienes guardaban la droga cuando pasaba la policía. Una situación bastante complicada, y los del sector rural son chicos que han vivido el conflicto social y armado, que es muy distinto a lo que se vive en las ciudades.

Por eso, decidimos darle una oportunidad a estos niños, mostrarles que se vale soñar, que el trabajo en equipo es posible. Muchos de ellos perdieron a sus padres o no tienen una persona que les dé un abrazo o una palabra de aliento, y el taller empezó a transformar su mentalidad para que puedan tomar buenas decisiones.

Foto: Colprensa.

¿Cuál es la historia dentro de la película?

Toca el tema de un niño que pierde su pierna en una mina antipersonal y que pese a eso arma un equipo de fútbol, porque le quitaron su pierna pero no su capacidad de soñar, que es lo importante y sin el ánimo de victimizarlo, porque e eso éramos conscientes, que no podemos victimizar a las personas.

Debemos brindarles oportunidades a estas personas que pasaron por una adversidad pero que tiene más fortalezas hoy en día.

 ¿Por qué tratar el tema de la discapacidad?

En lo personal, he convivido con mi padre que ha estado en situación de discapacidad desde que yo era chiquito, lo cual me retó.

 ¿Por qué el tema de las minas antipersonales?

Una vez vi una crónica sobre los niños víctimas de estas minas y eso me tocó mucho, en especial la entrevista de un niño, tras su recuperación, quien respondía con mucha alegría que estaba estudiando y que quería ser médico. Yo quería contar una historia así, con esa fuerza.

Por eso nos enfocamos en los niños y los adolescentes con nuestros talleres, con la película para transmitir un mensaje que ayude en la transformación del país.

¿Cómo fue el proceso de trabajo con los niños que participan en la película y que sufren una discapacidad física?

Empezamos un proceso de investigación, en especial con los niños víctimas del conflicto en Colombia y me encontré con muchas fundaciones y corporaciones que trabajan con estas personas, lo cual me tomó dos años.

A Eduardo, el protagonista, me demoré dos años y hasta que no tuviera el protagonista no quería arrancar en la búsqueda de los demás.

¿Dónde lo encontró?
Él es beneficiario de una fundación en Medellín que dona prótesis a personas de bajos recursos y me lo encontré por casualidad, pues yo salía de la fundación de una reunión y él entraba para terapia.

Es una historia muy personal porque mi padre en parte la inspiró, por lo que yo andaba con una foto de mi papá de chiquito intentando conseguir un niño parecido a él, y cuando vi a Federico, fue un amor a primera vista. Sin saber si quería o no, si sabía o no llegar y poder hablar frente a una cámara, quería que fuera él y le aposté.

Con él, arrancamos un trabajo de dos años, con muchos talleres en los que empezamos el encuentro con muchos de los chicos que terminaron haciendo parte del elenco. Otra parte la encontramos en el pueblo donde rodamos la película.

 ¿Los niños actores también fueron víctimas de las minas?

Ninguno de los niños está discapacitado por una mina. Al principio si quería que al menos el protagonista fuera una víctima pensando en que la retrataría mejor, pero luego me di cuenta que no era la forma. Encontramos niños en condición de discapacidad que lo pudiéramos llevar a ese mundo, pero que no sufrieran las consecuencias de ese pasado como víctima.

Lo que sí es cierto, es que gran parte de estos chicos, indirecta o directamente, han sido víctimas del conflicto armado colombiano, algunos desplazados, otros han sufrido el asesinato de uno de sus padres.

¿Difícil el trabajo con tantos niños en una película?

Se vuelve cliché, pero en verdad uno se vuelve un niño trabajando con ellos. Hice muchos trabajos con ellos porque nunca les enseñé a actuar, simplemente fui el amigo de ellos, jugar fútbol, irnos para el río y conocer un poco de sus vidas. Esto lo hizo muy dinámico porque poco a poco les metíamos un concepto.

Mi gran ventaja es que antes de todo esto yo había sido docente de actuación y mis grupos generalmente eran niños.

 ¿Cómo era ese juego para hacer actuar a los niños?

A ellos nunca les entregué el guión, pero tampoco les conté como iniciaba y terminaba la película, ellos entendían que era una historia de unos niños que querían jugar un partido de fútbol y como llegaban hasta allí.

Esto nos permitió tener la fortuna de contar con momentos claves de las escenas que no estaban planeados pero que se dieron y por eso dejábamos rodar.

¿Qué pasos seguirá ‘Pasos de Héroe’?
Además de llegar a las salas de cine del país desde este 22 de septiembre, estamos terminando de firmar un convenio con Cine móvil para llegar a lugares de Colombia donde no tienen la posibilidad de ir a una sala de cine y que el conflicto armado los ha tocado, para luego hacer un trabajo con universidades y colegios.

 

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