No puedo tener hijos y eso ha dañado mi relación de pareja

No puedo tener hijos y eso ha afectado a la relación con mi pareja. Esto ha supuesto un gran dolor para mí, pues siento que soy la culpable de que haya sucedido esto.

Muchas parejas pasan por el terrible trago de la dificultad a la hora de concebir. Algo que se convierte en el centro de todo y que, en algunos casos, provoca el fin de la relación.

Sin embargo, ¿por qué algunas salen adelante? No poder tener hijos no tendría por qué afectar a tu relación.

No puedo tener hijos y no pasa nada

Los quistes y la fertilidad

A día de hoy, en la sociedad en la que vivimos aún hay una ligera mentalidad persistente en la que las mujeres se ven, de alguna manera, presionadas para tener hijos.

Esto ocurre, sobre todo, cuando se encuentran en pareja. Creen que un hijo puede completarlos y, en los peores casos, que pueden solucionar los problemas que tienen.

Sin embargo, en el momento en que se ponen manos a la obra y se hace presente la dificultad para tenerlos, algo cambia.

Parece que nada pudiera volver a ser como antes. Si no hay hijo, no puede continuar la pareja. Pero, ¿por qué?

Tú no eliges poder o no poder tener hijos. Al igual que no eliges tener una enfermedad, sufrir un accidente o padecer depresión.

Son cosas que ocurren y no pasa nada. No hay que dramatizar en exceso ni rebelarse contra el mundo. Este no se acaba por no poder tener hijos.

Debemos aceptar lo que nos ocurre. Algo que aplicamos muy bien en determinadas cuestiones, pero no con referencia a nuestros hijos.

Los tratamientos hormonales, visitas constantes al médico y una continua atención a ese test de embarazo que finalmente nos de la respuesta deseada.

El agotamiento físico y mental

Agotamiento matinal

Quizás el motivo por el que las parejas terminan con su relación es el agotamiento, tanto físico como mental, que sufren al esforzarse tanto por tener lo que, a lo mejor, no consiguen.

Esto provoca depresiones, ansiedad, angustia, discusiones y un sinfín de situaciones que desestabilizan la armonía que antes reinaba.

De repente, todo es caos.

Son años de tratamiento para que luego no surtan los efectos deseados. Un largo tiempo de esperanza en el que no estamos seguros de lograr lo que deseamos.

Recuerda que no debes esperar demasiado de las cosas, para no decepcionarte.

Sabemos que es una ilusión muy grande, un hijo te haría tremendamente feliz.

Pero ¿vas a destrozar tu vida por no poder tenerlo? ¿Vas a poner en riesgo tu salud, tanto física como mental, por insistir en lo que no hay manera de conseguir?

Por todo esto, es muy importante contar con buenos profesionales y es totalmente recomendable asistir a un psicólogo.

El apoyo en la pareja

Pareja-discutiendo

La presión por alguna de las partes, la incomprensión, la falta de apoyo… Todo esto puede minar la relación y hacer que esta termine en fracaso.

Es necesario empatizar con nuestra pareja y entenderla.

Sin embargo, a veces nos dejamos arrastrar por lo que solamente nosotros queremos y cometemos algunos errores:

  • Culpabilizamos a nuestra pareja: Creemos que es fallo suyo o actuamos como si la fuese. En casos extremos, uno de los miembros puede buscar una nueva pareja para que se pueda cumplir su sueño.
  • El sexo ha dejado de ser una actividad placentera: Las relaciones no tienen como objetivo el disfrute, sino la posibilidad de concebir.
  • Nos volvemos egoístas: Nos desentendemos de nuestra pareja y pensamos solo en el retoño. De esta manera, desatendemos el bienestar de esa persona a la que queremos.

Todo esto, no hará más que acrecentar la sensación de vacío que podrá sentir la mujer que no es capaz de quedarse embarazada.

Sin duda, esta circunstancia pone a prueba a cualquier relación, donde el amor, el apoyo y la comprensión deberían primar antes que la presión y las ganas de tener un primogénito.

No poder tener un hijo no es el fin del mundo y no debería suponer la ruptura de ninguna relación.

 

 

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