Las amistades: Los padres pueden ayudar


Por experiencia personal, los padres saben que tener amigos es muy importante para el desarrollo del niño. Las investigaciones confirman que la habilidad para hacer amigos afecta las relaciones familiares, escolares, laborales y en otras áreas de la vida.

Sin embargo, la habilidad del niño para hacer amigos es una preocupación constante para la mayoría de los padres con hijos con discapacidad.

En la opinión de varios padres con hijos con discapacidad, los padres pueden ayudar a crear entornos y oportunidades que favorezcan el desarrollo de las amistades.

Durante la infancia temprana
Hay que comenzar a trabajar las destrezas sociales desde temprano. John e Yvette, cuya hija de 5 años tiene espina bífida, ayudan a su hija Hope a socializar de diversas formas.

Se aseguran que Hope esté visible y accesible para nuevos amigos, afirma Yvette. Le han preparado respuestas que ella puede utilizar cuando los niños le pregunten sobre las férulas en sus piernas.

Identificando intereses comunes y desarrollando amistades con otras madres en un grupo de juegos o en pre-escolar prepara el terreno para un intercambio abierto, dice Yvette. «Si yo, la mamá de Hope, me muestro abierta, ella también lo será. Yo dejo que Hope se ocupe del resto; yo apenas sirvo de trampolín.»

La casa de los Hoffman siempre está abierta para los compañeros de Hope.

«Me aseguro que cuando se reúnen aquí a jugar todos se diviertan mucho,» dice Yvette. «Un poco de diversión surte gran efecto y pronto la inclusión social ya no es un tema formidable. Lo que siempre escuchamos es ‘¿Cuándo puedo ir a jugar con Hope?'»

En la escuela
La escuela, bien sea en el propio salón o en otro entorno, es el espacio ideal para que los niños se conozcan. Los niños con discapacidad necesitan resaltar lo que tienen en común con sus compañeros. Interesarse en actividades sobre las cuales otros niños comentan -por ejemplo bandas musicales o juegos de video- ayuda a los niños a participar en las conversaciones. Asistir a actividades en la escuela, tales como fiestas, programas musicales o deportivos, contribuye a que el niño se sienta parte de la escuela y a que los demás lo perciban de esa forma.

«Los padres pueden facilitar las amistades. También los maestros,» comenta Barb Ziemke, cuyo hijo Brandon, de 14 años, tiene discapacidad intelectual.

«En vista a que la amistad es un valor importante en nuestra familia, el programa educativo individual de Brandon siempre ha incluido un componente social,» comenta Barb. «Deseamos que Brandon adquiera destrezas basándose en sus fortalezas. El objetivo es que tenga un amigo.»

Barb utilizó diversas estrategias para ayudar a Brandon a hacer amigos en la escuela. Cuando estaba en primaria, Barb se ofrecía como acompañante para excursiones o ayudaba con festejos en la escuela para lograr mejor rapport con los alumnos y con otros padres. De esa forma, al invitar a otros niños a las actividades de Brandon, sus padres ya conocían a la familia. Observar la interacción de los niños en la escuela también ayudó a Barb a identificar amigos potenciales para Brandon.

Durante muchos años la familia Ziemke organizó fiestas de cumpleaños para Brandon invitando a todos los niños de su salón. Estas fiestas contribuyeron a que «la casa de Brandon» se asociara siempre con recuerdos positivos. Adicionalmente, al dejar a sus hijos en casa de Brandon, sus padres conocían a los Ziemkes, facilitando contactos posteriores entre las familias.

Amigos individuales
El hijo de Beth-Anne, un adolescente con Osteogenesis Imperfecta (Huesos de cristal) actualmente tiene muchos amigos, con y sin discapacidad, pero siendo más pequeño necesitó mucha ayuda para comprender lo que significaba «un amigo». Beth-Anne le explicó que los amigos se llaman por teléfono, se visitan y pasan tiempo juntos. También le explicó que ser amigos significa algo más que saber el nombre de una persona. A veces, añade Beth-Anne, las destrezas necesarias para hacer amigos tienen que enseñarse en casa y en la escuela.

En vista a las necesidades especiales de Brandon cuando pequeño, era más fácil que los niños vinieran a casa de los Ziemke en lugar de que Brandon fuese a la de ellos. Barb se aseguró siempre que cuando Brandon tenía invitados, su casa fuese una casa «divertida», con actividades estructuradas en torno a las fortalezas de Brandon. Barb coleccionó disfraces para escenificar pequeñas obras, reunió gran cantidad de materiales de dibujo, y siempre tuvo las mejores chucherías a la mano. Los Ziemke también crearon un estudio de música en casa con una batería y otros equipos que compraron de segunda mano.

Al igual que Yvette Hoffman, Barb procura mostrarse abierta en relación con la discapacidad de su hijo, tanto con otros padres como con los muchachos. Yvette les explica cómo manejar las particularidades de Brandon. Por ejemplo, si Brandon se engancha a hablar sobre un tema, Barb les sugiere decirle, «Brandon, es hora de cambiar de tema.»

Rianne, cuyo hijo Aaron es hoy en día un adulto, planificó muchas actividades para ayudar a sus compañeros a relacionarse con Aaron y con otros muchachos con discapacidad auditiva. Los sábados y en el verano, Rianne daba clases de lengua de señas a los niños del vecindario en la terraza de su casa. Organizaba reuniones informales, llevaba a un grupo de muchachos a eventos para niños sordos (por ejemplo funciones de mimos y obras teatrales en lengua de señas), y pedía prestada una camioneta para llevar a los niños del vecindario a admirar las luces decorativas en época festiva. Aaron practicaba bowling con otros niños del vecindario, una actividad que aún practica hoy en día con sus amigos adultos, tanto oyentes como sordos.


A medida que los niños con discapacidad van creciendo, también cambia su forma de socializar. Al convertirse en adolescentes, posiblemente no quieran que sus padres siempre los acompañen. Las actividades sociales y deportivas comunitarias ofrecen a los alumnos de educación media una alternativa para socializar con sus pares bajo la supervisión de adultos. A veces los hermanos mayores se prestan para supervisar en ocasiones donde la presencia de los padres resultaría incómoda. La hermana mayor de Brandon y sus amigas lo llevan al centro comercial, donde muchos jóvenes pasan el rato. Los hermanos de Aaron lo llevan a algunos de sus eventos, haciéndole sentir parte del grupo.
Muchos padres comentan que a medida que sus hijos con discapacidad van creciendo, tienden a gravitar hacia otros muchachos con discapacidad. Barb lo describe como una «inclinación natural» hacia otros con experiencias similares.

Barb recuerda una experiencia que cristalizó para ella el significado de «amistad». Brandon quería que una compañera del salón viniera a casa a jugar. Barb llamó a su mamá y la invitó.

La mamá se mostró encantada. Su hija era nueva en el colegio y tenía dificultades para hacer amistades. Brandon le estaba haciendo un favor invitándola.

Barb comenta: «Vi que Brandon estaba haciendo sentir bien a esta muchacha. Estaba siendo un buen amigo. Llegué a la conclusión que los afortunados son quienes Brandon escoge como amigos!»


Autora: Patricia Bill – Fuente: Pacesetter

(Visited 3 times, 1 visits today)

Etiquetas