La depresión, un mal que puede acabarte

Depresión

La depresión, una enfermedad frecuente en todo el mundo que, se calcula, afecta a más de 300 millones de personas, puede llegar a ser mortal si no se trata a tiempo

El término depresión se utiliza a menudo vagamente para describir un estado de ánimo bajo o de desánimo que es consecuencia de decepciones, una enfermedad grave o pérdidas, como la muerte de un ser querido.

Sin embargo, la realidad es que este tipo de estados de ánimo bajos, a diferencia de la depresión, se producen en oleadas que suelen estar ligadas a pensamientos o recuerdos del evento desencadenante, se resuelven cuando las circunstancias o eventos mejoran, pueden ser intercaladas con períodos de emoción positiva y humor, y no van acompañadas de penetrantes sentimientos de inutilidad y odio a sí mismo.

El estado de ánimo deprimido dura habitualmente días en lugar de semanas o meses, y los pensamientos suicidas y la pérdida prolongada de la funcionalidad son mucho menos probables. Tales estados de ánimo bajos se llaman más apropiadamente desmoralización o tristeza. No obstante, los eventos y los factores de estrés que causan la desmoralización y el dolor también pueden precipitar un episodio depresivo mayor.

Factores de riesgo

Se desconoce la etiología de la depresión en niños y adolescentes, pero es similar a la etiología en los adultos: se considera que se debe a las interacciones de factores de riesgo genéticamente determinados con estrés ambiental, en particular privación y pérdida en etapas tempranas de la vida.

Así que la depresión es un trastorno grave del estado de ánimo que puede quitarle la alegría, incluso, a la vida de un niño. Es normal que un niño tenga cambios de estado de ánimo o que esté triste de vez en cuando. Algunas personas pueden llegar a tener estos sentimientos después de la muerte de una mascota o de una mudanza a otra ciudad. Pero si estos sentimientos duran semanas o meses, podrían ser una señal de depresión.

Los expertos solían pensar que solamente los adultos podían tener depresión, pero ahora sabemos que incluso un niño pequeño puede tener depresión y que necesita tratamiento para mejorar. Los psicólogos afirman que 2 de cada 100 niños pequeños y 8 de cada 100 adolescentes tienen depresión grave.

No obstante, muchos niños no reciben el tratamiento que necesitan y esto es en parte porque puede ser difícil distinguir entre la depresión y un cambio normal de estado de ánimo.

¿Pero en realidad sabes qué es la depresión? La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos. Pero la depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.

Las manifestaciones básicas de los trastornos depresivos en niños y adolescentes son similares a las de los adultos, pero se relacionan con preocupaciones típicas de los niños, como tareas escolares y juego. A veces los niños son incapaces de explicar sus sentimientos o estados de ánimo internos. Debe considerarse depresión cuando niños con buen desempeño previo bajan su rendimiento académico, se retraen de la sociedad o cometen actos delictivos.

En algunos niños con un trastorno depresivo mayor, el estado de ánimo predominante es irritabilidad más que tristeza (una diferencia importante entre las formas infantiles y adultas).

La irritabilidad asociada con depresión infantil puede manifestarse por hiperactividad y comportamiento antisocial, agresivo.

La depresión puede suceder en personas de todas las edades, desde niños, adolescentes, adultos y hasta adultos mayores.

Los síntomas incluyen estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces, dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño, cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso, cansancio y falta de energía, sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa, dificultad para concentrarse, movimientos lentos o rápidos, inactividad y retraimiento de las actividades usuales, sentimientos de desesperanza o abandono, pensamientos repetitivos de muerte o suicidio, pérdida de placer en actividades que suelen hacerlo feliz.

Algunos estudios revelan que la depresión a menudo se transmite de padres a hijos. Esto puede deberse a los genes, comportamientos aprendidos en el hogar o a su entorno y puede ser desencadenada por un hecho estresante o infeliz en la vida. Frecuentemente, se trata de una combinación de estos factores.

Te presentamos algunos signos y síntomas.

Trastorno depresivo mayor. El trastorno depresivo mayor es un episodio depresivo característico que dura aproximadamente 2 semanas. Se observa hasta en el 2% de los niños y el 5% de los adolescentes. El trastorno de depresión mayor puede aparecer por primera vez a cualquier edad, pero es más frecuente después de la pubertad. Sin tratamiento, la depresión mayor puede remitir en 6-12 meses. El riesgo de recurrencia es mayor en pacientes que tienen episodios graves, que son más jóvenes o que han tenido múltiples episodios.

La persistencia de los síntomas depresivos leves, incluso en la remisión, es un fuerte predictor de recurrencia.

En los adolescentes, la depresión mayor es un factor de riesgo de fracaso académico, abuso de sustancias y comportamiento suicida. Mientras están deprimidos, niños y adolescentes tienden a atrasarse académicamente y pierden relaciones importantes con sus compañeros.

Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. Este trastorno implica irritabilidad persistente y frecuentes episodios de comportamiento que es muy fuera de control, con inicio entre los 6 años y 10 años. Muchos niños también tienen otros trastornos, particularmente trastorno desafiante oposicional, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o trastorno de ansiedad. El diagnóstico no se realiza antes de los 6 años o después de los 18.

Unipolaridad

Como adultos, los pacientes pueden desarrollar depresión unipolar (en lugar de bipolar) o un trastorno de ansiedad. Las manifestaciones incluyen la presencia de síntomas durante más o menos 12 meses, sin períodos largos sin sintomatología.

Trastorno depresivo persistente (distimia). La distimia es un estado de ánimo deprimido e irritable persistente que dura casi todo el día. Los síntomas pueden ser más o menos intensos que los de un trastorno depresivo mayor y un episodio depresivo mayor puede ocurrir antes del inicio o durante el primer año, es decir, antes de que se cumpla el criterio de duración para el trastorno depresivo persistente.

Los antidepresivos pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección en los casos leves, y no se deben utilizar para tratar la depresión en niños ni como tratamiento de primera línea en adolescentes, en los que hay que utilizarlos con cautela.

Recomendación

Te recomendamos buscar un momento entre tus obligaciones para hablar con tus hijos. Un tiempo libre de distracciones, sin quehaceres, televisión o celular. Conviene que sea un momento oportuno para preguntar cómo fue la escuela, sobre los amigos y otras preguntas que nos permitan conocerlos mejor y detectar cualquier cambio de ánimo.

La depresión puede hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.

 

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