Jóvenes con TDAH consumidores de anfetaminas tienen doble de riesgo de padecer psicosis

Niño en el agua

Un nuevo estudio publicado en el New Journal of Medicine dio a conocer que los adolescentes y adultos jóvenes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) que reciben anfetaminas para el tratamiento tienen un mayor riesgo de desarrollar psicosis.

El TDAH se define por tres síntomas fundamentales: disminución de la atención, impulsividad e hiperactividad. Según los especialistas, es más que un trastorno, ya que alcanza una gran cantidad de facetas.

Las alteraciones clínicas por TDAH se dan por problemas bioquímicos en proyecciones de conexión entre el lóbulo frontal y los núcleos basales. Estos afectan el transporte y recaptación de la dopamina y, en menor grado, de la serotonina y norepinefrina.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tratamiento farmacológico puede incluir carbamazepina, litio, risperidona y metilfenidatos; no obstante, en años recientes también se han administrado estimulantes como las anfetaminas.

En la nueva investigación, se realizó un análisis a dos bases de datos de reclamaciones de seguros. Los autores siguieron a 221 mil 486 adolescentes y adultos jóvenes con TDAH, de entre 13 a 25 años.

Estos pacientes recibieron un estimulante por primera vez entre los años 2004 y 2015. La mitad de ellos recibió anfetaminas como Adderall y la otra mitad recibió metilfenidatos como Ritalin.

De la muestra, 343 pacientes —uno de cada 660— desarrollaron un episodio de psicosis a los pocos meses de iniciado su tratamiento con el estimulante.

Según los investigadores, el riesgo de este efecto secundario fue del doble, 0.21%, en quienes tomaron anfetaminas; mucho mayor al 0.1% de quienes tomaron metilfenidato.

En los casos identificados, se notó que no tenían antecedentes psiquiátricos, pero comenzaron a desarrollar los primeros episodios de psicosis con el tratamiento.

Estimulantes, alivio y psicosis

El TDAH es un trastorno del desarrollo; puede ser frecuente, debilitante y más grave de lo normal.

Los estimulantes han demostrado ser efectivos para el control de esos síntomas.

A pesar de ello, la Food and Drugs Administration (FDA) ha puesto como requisito una advertencia en los medicamentos; en ella, se debe indicar que los estimulantes pueden causar síntomas psicóticos o maniacos en pacientes sin antecedentes.

Dicho requisito comenzó en 2007; a pesar de esto, poco se han estudiado los riesgos de los estimulantes en personas con TDAH.

En las observaciones, los expertos hallaron que los adolescentes y adultos jóvenes tenían cuatro veces más probabilidades de recibir una receta de anfetamina en 2015 que en 2004; y 1.6 veces más probabilidades de recibir una para metilfenidatos.

De igual forma, notaron que hay diferencia en la forma en que las anfetaminas y los metilfenidatos afectan los sistemas de dopamina en el cuerpo.

Con las anfetaminas hay más probabilidades de liberación de dopamina; mientras que el metilfenidato es probable que bloquee la recaptación.

El aumento de dopamina durante un episodio psicótico es similar al que sucede tras la administración de los estimulantes.

Los científicos esperan que estos hallazgos motiven nuevas investigaciones sobre riesgos, beneficios y alternativas; tales como la terapia conductual y los no estimulantes para tratar el TDAH.

 

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