Al menos cuatro horas al día pasan en el taller de herrería Geovani Gutiérrez y Cristian Aranda, de 18 y 26 años respectivamente, jóvenes con autismo que incursionaron en el negocio de la fabricación de asadores de fierro.
Son alumnos del Centro de Atención Múltiple Laboral, ahí aprenden diferentes oficios, y a manejar diferentes herramientas como máquina de soldar, sierra, pulidor y taladro, que a su vez les sirve para desarrollar su motricidad fina, destacó el maestro Jesús De los Reyes.
El coordinador del taller manifestó que para elaborar una pieza tardan aproximadamente una semana, y una vez que queda terminado el asador se pone a la venta, así también significa un estímulo para que sigan superándose.
El precio varía según el tamaño, pero los últimos que fabricaron los han vendido en 800 pesos, detalló.
Lo que más se les dificulta es el manejo de la máquina soldadora, señaló, además que tampoco aguantan mucho tiempo con los elementos de protección, como el casco, guantes, etcétera, por ello siempre están supervisados, para evitar accidentes.
Geovani Gutiérrez mencionó que para él lo más difícil de elaborar es la parrilla que va sobre el asador, ya que lleva muchos detalles; lo que más le gusta es pintarlo una vez que queda terminado.
Las palabras no le fluyen muy bien, pero tiene el talento y la paciencia para poder fabricar este artefacto que es muy utilizado en la región, en especial para asar carne.
