Japón dice basta al ciberacoso tras el suicidio de la luchadora, y estrella de Neftlix, Hana Kimura

Su suicidio ha conmocionado a Japón. Hana Kimura tenía 22 años. Era luchadora profesional -una gran promesa sobre el cuadrilátero- y concursante del reality Terrace House Tokyo, un programa de Nextlix que se ha convertido en un éxito internacional (y que ahora, tras la muerte de la joven, ha sido cancelado). Hana sufría ciberacoso. El caso ha abierto un intenso debate en el país nipón sobre la necesidad de endurecer las medidas contra los abusos en las redes sociales. Los legisladores japoneses se han comprometido a endurecer la respuesta a ese problema.

 «Debemos revisar la ley urgentemente», han pedido usuarios de Internet. «¿No es demasiado tarde? Deberíamos haberlo hecho antes», han dicho otros. La joven luchadora de cabello rosado era una de las favoritas para los fans de Terrace House, un programa en el que seis personas comparten casa mientras buscan el amor. Pero también se convirtió en el blanco de los haters que la acosaron online con crueles comentarios.

Medidas legislativas contra el odio en redes sociales

En Japón, un país donde el ritmo del cambio legislativo suele ser lento, el Gobierno parece haber movido ficha para hacerse eco de la demanda social suscitada por este caso, informa France Presse. La ministra de Comunicaciones, Sanae Takaichi, ha denunciado el ciberacoso como «imperdonable» y ha asegurado que un grupo de expertos está revisando el actual sistema para identificar a las personas que difaman en las redes sociales.  «Discutiremos la forma de simplificar este proceso», ha prometido.

Caras conocidas se han sumado a la protesta y la indignación por el calvario al que fue sometida la joven. Entre quienes han alzado la voz está el ex atleta olímpico Dai Tamesue. Ha hecho un llamamiento para firmar un petición online que exige que se castigue a las plataformas de redes sociales y a los proveedores de Internet si no cooperan en la lucha contra el acoso cibernético. «Se está volviendo muy difícil para las personas que son amables, no débiles, continuar en las redes sociales», afirmó durante una aparición televisiva. Por otro lado, la organización de lucha libre está considerando acciones legales.

Los expertos advierten de los obstáculos a los que se enfrentan las víctimas para que se haga justicia. Deben mostrar que los comentarios son difamatorios o suponen una invasión de la privacidad; y pasar por un complejo proceso judicial en el que primero se busca la dirección IP del presunto abusador y luego información sobre su identidad. Yohei Shimizu, un abogado que ha manejado casos similares, explica a France Presse que el proceso suele durar unos diez meses y que demostrar el daño causado puede resultar difícil.

Yuichi Nakazawa, otro abogado que trabaja contra el acoso cibernético, destaca lo difícil que es escapar del abuso en redes sociales. Pero su efecto, dice, es como «si unos extraños irrumpen en tu casa y te dicen todas esas cosas horribles».

Se espera que se alcance un «consenso» para impulsar nuevas leyes el próximo otoño.

Voz de alarma en otros países

En Francia, por ejemplo, los parlamentarios han aprobado recientemente un controvertido proyecto de ley para prohibir el discurso de odio en las redes sociales. Los más críticos lo han rechazado argumentando que fomenta la censura.

En Reino Unido, el suicidio de la presentadora británica Caroline Flack (conductora de Love Island, versión británica de La Isla de las Tentaciones), el pasado febrero, impulsó un movimiento contra el ciberacoso; una campaña en redes sociales con un hashtag como lema: #BeKind (Sé amable).

En Corea del Sur también hubo un movimiento similar al de Japón en el que se pedía un endurecimiento de las medidas contra el abuso en Internet. Allí fue el suicidio de dos estrellas femeninas de K-pop (el años pasado) el drama que despertó conciencias.

 

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