Hoy se celebra el Día del Orgullo Autista

En la actualidad, es ampliamente aceptado que el Espectro Autista no debe ser considerado una enfermedad, sino más bien una condición, sin embargo las personas con CEA (condiciones del espectro autista) continúan encontrando barreras para participar plenamente y en igualdad de condiciones en la sociedad, sufriendo estigmatización, exclusión, discriminación, aislamiento, y violaciones de sus derechos.

Se estima que uno de cada 160 niñas y niños presenta esta condición, que impacta en tres áreas: la interacción social, la comunicación y los intereses y comportamientos.

Desde la Dirección de Salud Mental Comunitaria y Adicciones, del Ministerio de Salud, entienden fundamental desarrollar recursos comunitarios, educativos, laborales, culturales y de ocio adecuados a las necesidades singulares de cada persona, a fin de disponer de una red de apoyo que facilite la participación social, maximizando las oportunidades de aprendizaje, inclusión social y desarrollo personal.

Cabe señalar, que si bien, en el año 2008 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el día 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, en el 2005 un grupo llamado “Aspies For Freedom” creó el Día del Orgullo Autista estableciendo como fecha de celebración el 18 de junio, con la intención de visibilizar y festejar la neurodiversidad, apuntando al respeto y aceptación hacia las personas autistas.

El mencionado grupo ha realizado muchos eventos internacionales a lo largo de los años, incluidas reuniones online y fuera de línea, caminatas, picnics, días fuera y reuniones de una semana. Cuentan con una página web oficial, con una sala de chat disponible para encontrarse virtualmente con otros autistas.

Es una obligación de toda la comunidad reconocer que las personas con CEA pueden y deban ejercer y defender sus derechos de manera activa, proporcionándose para ello los mecanismos, recursos y apoyos necesarios, que favorezcan su acceso y participación social, y fomenten su autodeterminación.

El autismo clásico tiene asociadas diferentes dificultades de aprendizaje. Estas personas poseen un coeficiente intelectual por debajo de la media al que se le suman dificultades del lenguaje. En cambio, el Síndrome de Asperger (AS) comparte las características del autismo clásico pero sin las dificultades de aprendizaje. Los pacientes poseen un coeficiente intelectual medio o incluso superior a la media y no presentan dificultades del lenguaje.

Señales de alerta:

No responde a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.

No señala los objetos para demostrar su interés (no señalar un avión que pasa volando) para cuando tienen 14 meses de edad.

No juega juegos de simulación (por ejemplo: «darle de comer» a un muñeco) para cuando llegan a los 18 meses de edad.

Evita el contacto visual y quiere estar solo.

Tiene dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.

Presenta retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.

Repite palabras o frases una y otra vez (ecolalia).

Da respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.

Se irrita con los cambios pequeños.

Tiene intereses obsesivos.

Aletea las manos, se mece o gira en círculos.

Tiene reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.

Datos y cifras de la Organización Mundial de la Salud

Uno de cada 160 niños tiene un trastorno del espectro autista (TEA).

Los TEA comienzan en la infancia y tienden a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta.

Aunque algunas personas con TEA pueden vivir de manera independiente, hay otras con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida.

Las intervenciones psicosociales basadas en evidencias, como la terapia conductual y los programas de capacitación para los padres, pueden reducir las dificultades de comunicación y comportamiento social, y tener un impacto positivo en el bienestar y la calidad de vida de las personas con TEA y de sus cuidadores.

Las intervenciones dirigidas a las personas con TEA deben acompañarse de medidas más generales que hagan que los entornos físicos, sociales y actitudinales sean más accesibles, inclusivos y compasivos.

Las personas con TEA sufren estigmatización, discriminación y violaciones de los derechos humanos. Su acceso a los servicios y al apoyo es insuficiente a nivel mundial.

 

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