Harán cada año jornada por el autismo

Jornada por el autismo

El sábado 25 de abril tuvo lugar la I Jornada Autismo Tijuana en el Museo del Trompo, donde a propósito de quienes padecen este síndrome, se trató con especial interés el tema de su “transición a la vida adulta”. El evento estuvo organizado por el Centro de Vida Independiente (CeVI) y a decir de la directora, maestra Martha Lilia López Herrera, se tiene contemplado seguir realizándolo de manera anual.

Además de conferencias impartidas por especialistas, el programa de actividades incluyó ese mismo día, talleres de intervención orientados a padres de familia.

La primera ponencia, a cargo del doctor Carlos Marcín, director general de la Clínica Mexicana de Autismo y Alteraciones del Desarrollo, estuvo dedicada a los “programas laborales y residenciales”, vistos como un paso necesario después de haberse recurrido a procedimientos terapéuticos durante la etapa de crecimiento.

A nivel nacional, existen distintas instancias que brindan orientación y preparación laboral a personas con problemas de desarrollo; en Tijuana, el CeVi (que absorbió la organización del evento) guía al alumno para que desarrolle “habilidades y destrezas” a partir de lo cual se pueda integrar al ámbito productivo.

También tuvieron presencia, en esta primera Jornada, el Centro de Estudios e Investigación para la Neurodiversidad (CEIN), que además de fungir como instancia pedagógica, cuenta con agencia de inclusión laboral; y la Fundación Inclúyeme, ubicada en el centro del país, cuyo enfoque es ayudar a que el individuo con incapacidad cognitiva, logre desarrollar un “proyecto de vida independiente”.

El Diccionario define el autismo como un “síndrome” determinado “por la incapacidad congénita de establecer contacto verbal y afectivo con las personas” (RAE).

En el evento se habló sobre el papel de la familia en el desarrollo del autista, o de quien padece asperger (considerado por profesionales como “una forma menos severa de autismo”).

La doctora Mónica Reyes, de la Fundación Inclúyeme, trató acerca de los “retos y soluciones” en tal sentido. También tocó tema de la transición a la adultez y expuso sobre “la preparación familiar para la vida independiente”, a propósito de lo cual, tuvo a bien plantear estrategias de apoyo con esquemas de planificación, para “proyectos personales”, actividades fuera del hogar, o vida a futuro.

Hizo referencia además al concepto de “incapacidad aprendida”, respectivo a las “habilidades atrofiadas por no ser utilizadas”, situación que sucede cuando a alguien se le niega la oportunidad de aprender por sí mismo determinada práctica cotidiana; hay que “respetar el derecho a elegir”, señaló la exponente.

Tras llevarse a cabo las ponencias, el público manifestó sus inquietudes al respecto; personas con hijos autistas hicieron uso de la voz y sacaron a colación experiencias propias. Los casos expuestos fueron diversos:

Un concurrente abordó el tema de las relaciones. Según él, a su hijo “le encantan las mujeres”, solo que “no sabe qué hacer”, cómo tratarlas. “Tengo mucha confianza de que va a trabajar, ganar bien, pero lo visualizo solo”, agregó. “No hay un ABC. Pero es un poco ofrecer estas posibilidades”, repuso la doctora Reyes, quien sugirió brindar apoyo con conversaciones, reuniones sociales, e incluso material de video, para que “él entienda”; todo esto, en un contexto de “asesoramiento con personas, con talleres, para padres e hijos”, precisó. “Que la oportunidad no se vuelva frustración”, advirtió por su parte el doctor Marcín.

Sobre el uso de medicamentos, una mujer reveló que ella determinó dejar de dárselos a dos hijos suyos. Marcín observó que es una cuestión de “bioquímica: en esos casos se necesita regular, hay que verlo en cuestión de terapias y ver si requiere medicamento y qué tanto”.

La doctora Reyes mencionó a ZETA que lo que caracteriza a México en materia de autismo es que el sector adulto no recibe suficiente atención. “Hay menos servicios para adultos”. Tratándose de estadísticas, coincidió con la organizadora, maestra Martha Lilia López Herrera, en que la tasa aproximada es de una persona con autismo por cada 150 nacimientos. En términos de porcentaje, “entre el 1 y el 3% de la población” en el país, “son personas con discapacidad intelectual”, revelan datos de la Fundación Inclúyeme.

Original.

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