Según medios internacionales como Metro, la joven de 23 años, acusada de maltrato animal, ha sido hallada muerta en su apartamento de Fayetteville, Carolina del Norte. Las autoridades policiales apuntan al suicidio como causa más probable de la muerte.
Rollins sufría las secuelas de un evento traumático ocurrido cuando estaba destinada en una base en Corea del Sur en 2014. Desde entonces, su perro Cam la debía ayudar a lidiar con el estrés postraumático que sufría.
La militar anunció en sus redes sociales el final de la vida de su perro, poco después se difundió el vídeo en el que aparecía Rollins, visiblemente afectada por el alcohol, disparando a su perro junto a su pareja, Jarren Heng.
Inicialmente a Rollins se le impuso una fianza de 10.000 dólares y a Heng de 5.000, pero ambas cantidades se vieron incrementadas a 25.000 dólares para cada uno a petición de los fiscales.