Exposición indirecta de los niños a la televisión

En los últimos años (o décadas) la tecnología de comunicación y entretenimiento ha ido ganando, poco a poco, un lugar importante en nuestras vidas. Teléfonos celulares, tablets, computadoras, televisores, consolas de videojuegos, entre otros, son dispositivos que pueden encontrarse sin grandes esfuerzos, en la mayoría de los hogares. Entre ellos, la televisión resulta ser utilizada cotidianamente con múltiples funciones, tanto cuando se le presta atención primordial como cuando se la utiliza como “ruido de fondo”. Incluso si no estamos viendo activamente la televisión, la mayoría de nosotros dejamos el aparato encendido en el fondo. Pero eso podría tener efectos perjudiciales sobre los niños en el hogar, según un nuevo estudio publicado en la revista Pediatrics.

Varios estudios han encontrado evidencias de que demasiada televisión es mala para el desarrollo de los niños, incluso cuando está prendida de fondo y los niños no están mirándola. Ahora, un estudio ha rastreado hasta qué punto los niños están expuestos a TV de fondo: 232,2 minutos o casi 4 horas, todos los días.

Matthew Lapierre, profesor asistente de estudios de la comunicación en la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, y sus colegas realizaron el primer estudio que cuantifica la cantidad de TV de fondo a la que están expuestos los niños pequeños en un día promedio. Mientras que muchos estudios anteriores se han centrado en los efectos sobre el comportamiento y desarrollo del niño de ver la televisión directamente, Lapierre fue el primero en investigar los efectos de la exposición a la televisión “de segunda mano”, definida como cualquier tipo de exposición a la televisión que el niño no está mirando realmente.

Para sorpresa de los autores, en la encuesta a 1.454 padres con al menos un niño entre las edades de 8 meses y 8 años, encontraron que los niños estuvieron expuestos a casi cuatro horas de televisión de fondo por día. “Nos sorprendió la magnitud de la exposición en estas casas”, dice Lapierre, quien condujo la investigación mientras estaba en la Universidad de Pennsylvania. “Entramos en el estudio esperando que las tasas fueran altas, pero no en la escala que hemos encontrado.”

En promedio, la exposición de fondo ascendió a 232,3 minutos
al día, con mayor exposición para
los niños más pequeños

El estudio fue presentado en Mayo en una reunión de la International Communication Association (Asociación Internacional de Comunicación). Se llevó a cabo mediante una encuesta telefónica nacional representativa, en la que participaron familias americanas típicas que representan una amplia gama de variables demográficas, desde pertenencia étnica, ingresos hasta educación. Los padres respondieron cuestionarios sobre las actividades de uno de sus hijos en un período de 24 horas, y se les preguntó acerca de si la televisión estaba encendida durante cualquiera de estas actividades, si su niño tiene o no un televisor en su dormitorio y la cantidad de televisores que hay en el hogar. En promedio, la exposición de fondo ascendió a 232,3 minutos al día, con mayor exposición para los niños más pequeños: niños y bebés menores de 24 meses registraron aproximadamente 5,5 horas de televisión al fondo al día, en comparación con 2,75 horas al día para los hijos mayores, de entre 6 y 8.

Factores Determinantes

La influencia de los padres juega el papel más importante en la determinación de la cantidad de exposición a televisión de fondo que experimentan los niños. Otros factores que aumentan la exposición indirecta a la televisión incluyen vivir en una familia monoparental, donde los niños estuvieron expuestos a más de 5 horas al día, en comparación con 3,5 horas en familias multiparentales; menores ingreso económicos, los niños en las familias más pobres experimentan 6 horas de televisión de fondo al día, en comparación con 3,5 horas entre aquellos cuyos ingresos familiares están por encima del nivel de pobreza; y baja educación de los padres, los hijos de padres con diploma de secundaria o de niveles inferiores, estuvieron expuestos a más de 5 horas al día, en comparación con menos de 2,5 horas al día para aquellos cuyos padres tenían niveles más elevados de educación.

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