El joven que creó un triciclo para niños con discapacidad motriz

Triciclo

Imagínate que te rompiste una pierna y no puedes salir de tu casa… así es como se sienten las 1.8 millones de personas con parálisis cerebral y que no se pueden mover por sí mismas, según cifras del Centro de Cirugía Especial de México. Es a ellos a quienes Daniel Merino está dirigiendo su oferta: We rise and ride, un triciclo para niños con discapacidad.

La idea de este joven de 15 años, quien admira a Elon Musk y ama jugar tenis, surgió al conocer a Óscar, quien padece esa condición. Entonces se dio cuenta de que para la mayoría de las mamás de hijos con este tipo de discapacidades les es muy difícil realizar una actividad recreativas como andar en bicicleta.

Esto, porque no existían muchas opciones que permitieran subir una silla de ruedas a una plataforma segura, ligera y económica. “En el mercado hay pocas bicis para personas con capacidades diferentes y son muy caras (entre 2,000 y 4,000 dólares). Yo planeo darla en 1,500 dólares. Ya de por sí mantener a un hijo con parálisis cerebral es bastante caro. Tan sólo una silla cuesta 50,000 pesos.”

Foto: Daniel Merino

Daniel es hijo de un emprendedor y por sus venas corre el ímpetu innovador. “Es muy importante el emprendimiento porque si quieres algo, nadie va a hacer nada por ti. Elon Musk quería viajar a Marte y dijo: yo lo voy a hacer”, sentencia. Por eso le pidió a su padre inscribirlo en algún curso de emprendimiento, ya que él hace home school en Monterrey, Nuevo León.

Fue así como llegó a Young Entrepreneurship and Innovation International (Yeii), donde junto con un amigo, Omar Zermeño, desarrollaron su proyecto.

En 2018 lo llevaron al concurso Niños en Acción de la Universidad de Monterrey (UDEM), del que resultaron ganadores del segundo lugar y fueron premiados con 13,000 pesos para ambos.

Su amigo regresó a las aulas el año pasado y Daniel quiso seguir el proyecto de tiempo completo, por lo que se dividieron el premio. Ahora afina el diseño con una empresa aliada y la idea es fabricar conforme se le hagan pedidos.

Daniel Merino Liceaga, padre del emprendedor, dice apoyar a su hijo porque ve su pasión y además porque, en su experiencia, “al emprender aprendes las cosas que realmente necesitas en la vida como resiliencia, responsabilidad, pensamiento crítico y colaboración”.

El triciclo cuenta con cinturones para el niño y amarres de seguridad. La plataforma está diseñada a fin de que quepa cualquier tipo de silla, que se coloca de frente para que el niño viva realmente la experiencia. El conductor siempre tiene el control, pues no lleva motor.

El camino no ha sido fácil, ni ha estado exento de errores, pero Daniel ha encontrado aliados. Uno de ellos, dueño de una fábrica, les cedió el material para construir y probar algunos prototipos.

Sobre posibles socios capitalistas, Daniel es enfático al explicar que primero tendría que analizar para qué usaría el dinero. “Llevo año y medio en esto y ha sido un camino de error y prueba porque no nos salió a la primera. Además, aunque ya sabíamos cómo, de todas formas hay errores, así que aquí siempre tienes que tener la determinación y seguir hasta que acabes.”

 

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