¿Dónde comienza la inclusión? El papel fundamental de la familia en la inclusión


¿Dónde comienza la inclusión que tanto deseamos las personas con discapacidad? ¿En las escuelas, en el trabajo…? ¡Opino que todo comienza en la familia!

¿Cómo se siente Ud., persona con discapacidad, percibida por sus padres y hermanos? ¿En qué lugar la ubican dentro de su propia familia?

Es esa primera mirada la que me dirá si estoy “dentro” o “fuera”.

¿En qué lugar me colocan? ¿En el lugar del incapaz? ¿En el lugar del “sordomudo”? ¿O serán los demás quienes enmudecen delante de la sordera, de la diferencia?

O es posible que ocupe un lugar que me fue autorizado en la familia, en el cual soy alguien que piensa, que opina, que contribuye, ¡que es capaz!

La inclusión tiene que ver con “mi límite”, con cuánto no logro a aproximarme y asimilar dentro de mi lo que es diferente en el otro.

La exclusión se da cuando la mirada coloca un abismo entre dos personas.

Ahora reflexionemos, si el niño con discapacidad no fue incluido en su familia, ¿cómo repercutirá eso al momento que se enfrente al mundo, comenzando por la escuela?

¿Cómo será esa persona en la sociedad si aún no “puede ser” en su propia familia?

Por eso es muy importante que la propia familia lo incluya y le muestre al mundo, iniciando en la escuela, que por más que las personas lo excluyan con una mirada atravesada, perpleja o indiferente, él tiene una misión que cumplir: probar que la sociedad puede verlo de otra forma.

Le corresponde a él mismo presentarse y presentar su deficiencia solo como una “diferencia” que ya le es conocida y natural y que, por eso mismo, los demás no tienen nada que temer.

Sin dudas, la inclusión cuesta trabajo, pues exige una elaboración interna de todos los involucrados, comenzando por la familia y extendiéndose a todos los que están a su alrededor. Exige un trabajo contínuo de información, desmitificación y asimilación, desde la familia, extendiéndose a los profesores, compañeros de clase, empleadores y sociedad. Por lo tanto, todos están incluidos en el mismo barco, quiéranlo o no.


Autor: Luisa Bergmann, psicóloga y deficiente auditiva
Traducción: Angela Couret
Fuente: Rede SACI

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