Cómo afrontar un tratamiento de fertilidad

Pareja

Comenzar un tratamiento de fertilidad es una decisión muy importante que se debe tomar valorando todos los aspectos tanto físicos como psicológicos.

Es un proceso en el que la pareja, pero sobre todo la mujer, pasa por momentos complicados en los que influye la presión e incertidumbre y las hormonas de los tratamientos que debe administrarse para que el proceso sea un éxito.

El primer momento complicado es cuando se recibe la noticia de la infertilidad. Tal y como señala a CuídatePlus Beatriz Dibra, psicóloga de la clínica Ginefiv,  «un diagnóstico de infertilidad puede llegar a generar un estado de shock emocional en la pareja«.

Desde el comienzo de la asimilación de esta condición, «el estado de incertidumbre y malestar puede derivar en estados de estrés y agotamiento, agudizados por las propias fases del tratamiento y, en el caso de la mujer, acentuados por la administración de hormonas que pueden causar labilidad emocional«.

Todo esto es importante tenerlo en cuenta para poder afrontarlo de la mejor forma posible y dar el siguiente paso. Esto es fundamental porque «los tratamientos de reproducción asistida, dependiendo de lo invasivos que sean, o los tiempos de espera, pueden generar desgaste emocional tanto en hombres como en mujeres«, informa Dibra.

Las reacciones emocionales son muy variadas y dependerán de la pareja o de las personas involucradas. Sin embargo, según la experta, sí hay un patrón más o menos cronológico: «Las expresiones emocionales son, en un primer momento de ilusión por tener un hijo», una situación que «se va diluyendo en caso de un primer intento fallido, pasando por una montaña rusa de sentimientos durante todo el transcurso del tratamiento«.

En todo este proceso aparecerá «miedo, irritabilidad, tristeza..», reacciones que «afectarán al sistema de apoyos de las personas, lo que hará que se sientan más aislados y que aumente el malestar de la pareja«.

Sin embargo, según la psicóloga, «también hay casos en los que la pareja, lejos de ver mermada su relación, se sienten más unidas y apoyadas, habiendo aprendido a superar un proceso tan duro como la reproducción asistida e independientemente del resultado del tratamiento».

No culpabilizar al otro

Antes de comenzar con los tratamientos, la experta aconseja «desde un primer momento, aportar toda la información necesaria sobre el proceso y las reacciones emocionales más habituales«.

Esto es importante porque, según la experta, «en la mayoría de los casos, los pacientes creen que ‘deben’ estar muy positivos y tranquilos todo el tiempo para favorecer el resultado del tratamiento, cuando no es así, ya que esto sería incongruente con la realidad«.

Hay que ser conscientes de que «determinadas fases pueden generar malestar».

Otro punto importante es no cupabilizar al otro.»No se debe hacer bajo ningún concepto sea cual sea el motivo de la infertilidad.

Para afrontar la situación, otro consejo es «rodearse de apoyos reconfortantes«, eso sí, «sin tener que contar a todos el proceso que se está viviendo», matiza, y «centrarse en controlar aquellas tareas que sí dependen de uno, como el fomento de actividades agradables cotidianas».

Estrés y fertilidad, mala combinación

Está claro que el hecho de tener que acudir a citas médicas, administrarse una determinada medicación cada día, etc., puede causar cierto estrés. Los niveles de estrés, señala la experta, «se identifican con mayor facilidad en un proceso de reproducción asistida, precisamente por el miedo que se tiene a que estos influyan de manera extrema en el resultado de los mismos«.

Por eso, «es necesario identificar entre un estrés normal, puntual, derivado de situaciones concretas, donde puede resultar adaptativo o un estrés agudo o mantenido en el tiempo sin un fin real, que puede llegar a repercutir en el éxito del tratamiento», advierte.

Para prevenir esto o detectarlo, Dibra cree que es muy importante que en los centros de reproducción exista un gabinete psicológico especializado «para dar soporte a las pacientes en cada fase del tratamiento».

También es importante, desde su punto de vista, acudir al médico especilista para que valore si es necesario tratamiento farmacológico y que indique qué es lo más indicado.

No obstante, para ayudar a reducir el malestar, sí se pueden recomendar «infusiones relajantes o productos naturales, también con el consentimiento del equipo médico«.

¿Y si pierdo el bebé?

Sin duda alguna, perder el bebé es una de las situaciones más dolorosas por las que pueden pasar los futuros padres. En estos casos, según la psicóloga,»es muy importante que el entorno esté concienciado de la aparición de un duelo ante una pérdida tan dura y que la persona pueda estar arropada y apoyada por sus seres queridos».

En un caso así «el dolor es inevitable y no hay un consejo mágico que pueda eliminar ese profundo malestar», afirma. Por este motivo cree que «entender el dolor de la persona que ha pasado por ello puede ser de ayuda, así como evitar el aislamiento de la misma».

Eso sí, «sin forzar a que se tenga que sentir bien de inmediato, respetando los momentos de dolor y sin dejar que sus necesidades básicas corran el riesgo de no verse satisfechas«, concluye.

 

 

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