Autismo e inserción laboral

Por :  José Ramón Alonso

Una de las preocupaciones de los padres de un muchacho con autismo es que pueda encontrar un trabajo. Es un paso importantísimo para la vida independiente, para sentirse útil y valorado, para la tranquilidad de sus padres sobre su futuro.

Vamos a intentar plantear algunos aspectos sencillos en un tema que es por naturaleza difícil y complejo.

El autismo por sí solo no impide encontrar un empleo. Las personas en el lado más favorable de los trastornos del espectro autista pueden y deben buscar un trabajo adecuado a sus características personales.

Hay empresas con puestos de trabajos de alta calidad que han contratado y piensan seguir contratando un número importante de personas con autismo. En Estados Unidos, AMC Theaters, TIAA-CREF, y Specialisterne son reconocidas por el alto número de personas con autismo que tienen en sus plantillas. En España, las Cajas de Ahorro y distintas fundaciones de apoyo a las personas con discapacidad tenían una importante labor a favor de la inserción laboral de las personas con autismo de alto funcionamiento.

La legislación a favor de las personas con discapacidad hace que contratar a una persona con autismo pueda ser atractivo para muchas empresas.

Hay que explicar con claridad a los empleadores las fortalezas de vuestro hijo, sus aptitudes, las tareas que hace bien y cuáles son sus áreas de interés. No hay que asumir que el empleador descubrirá por sí solo sus talentos.

Del mismo modo, hay que ser consciente de las dificultades, de los puntos que hay que evitar, de la formación que hay que conseguir previa a la experiencia laboral. Hay que intentar evitar las sorpresas y que el empleador no se moleste con cosas que para vosotros, por habituales, ya ni os dais cuenta.

 

Algunas ONGs e incluso empresas trabajan en apoyar a esta inserción profesional ya sea actuando como tutores del empleado y el empleador, preparando habilidades para el trabajo, enseñando a realizar currículums o preparar una entrevista de trabajo, etcétera.

 

Los empleadores reclaman determinadas cosas en un empleado con autismo:

Fiabilidad: Un empleado fiable llega al trabajo con puntualidad y con regularidad. Por tanto, puede ser necesario desarrollar habilidades para el transporte, que pueden incluir aprender a conducir, encontrar una persona que le pueda llevar al trabajo o aprender a utilizar el transporte público de forma independiente. A menudo, las familias se preocupan de desarrollar habilidades para el transporte después de que haya surgido la posibilidad de un trabajo y los errores que resultan hacen que el empleado parezca a sus jefes menos de fiar de lo que realmente es.

 

Organización. Un empleador dará normalmente una tarea compleja, habitual en su empresa, al nuevo empleado. Es difícil hacerlo bien para cualquier persona que no esté familiarizado con los usos, los canales de comunicación, el estilo de la firma. Es importante por tanto enseñar al muchacho habilidades para el análisis de tareas de manera que pueda descomponer ese encargo en procesos sencillos, pequeños, fáciles de terminar.

 

Sentido común. Muchos padres consideran que esa especie de verdades evidentes e invisibles son de las más difíciles de enseñar porque para su hijo ni son evidentes ni son fáciles de captar. Es importante ayudar al muchacho para que se dé cuenta cuando no entiende lo que se espera de él y cómo hacer las preguntas que tiene que aclarar para entender la situación. Puede ser importante que le enseñemos a ser su propio defensor indicando a sus superiores y compañeros cosas sencillas pero importantes tales como decirle las cosas con instrucciones claras y específicas y evitar los eufemismos. Es importante que en estos temas él se capaz de llegar a compromisos y haga lo que está pidiendo a los demás que hagan con él.

 

Buena actitud. Suele ser más fácil de desarrollar que el sentido común, especialmente si el trabajo encaja en sus áreas de alto interés. Hacer un trabajo bien se puede convertir en un premio en sí mismo. Hay un refrán que dice “cualquier trabajo que merezca hacerse, merece hacerse bien” y ese es el criterio que hay que intentar inculcar en el muchacho.

 

Navegar el puesto de trabajo. Navegar un puesto de trabajo incluye saber qué comportamientos son apropiados en qué situaciones, qué lugares y con qué personas. Hay que entender los grados de privacidad (no es lo mismo el almacén del supermercado, que los mostradores del supermercado, que el despacho del encargado del supermercado), no es lo mismo si los clientes están delante que si no lo están, no es lo mismo el horario de trabajo que el rato del bocadillo, no es lo mismo un compañero que una compañera ante una cosa tan sencilla como tocarse y en general, hay un principio básico y es que el puesto de trabajo y sus integrantes es diferente al ambiente familiar y sus integrantes. La socialización en el trabajo no es ni inmediata ni evidente y requiere de forma obligatoria una adaptación.

 

Estos temas son importantes porque la mayoría de los empleadores no tienen dudas en que pueden enseñar las habilidades específicas requeridas para el puesto de trabajo, pero estos aspectos que no aparecen en ningún libro y que se dan por supuestos, son los más difíciles para alguien que tiene autismo y van a hacer falta para la práctica totalidad de los puestos de trabajo. La mejor solución es un entrenamiento específico para la inserción laboral en el que la familia, los asistentes sociales, los terapeutas y los educadores colaboren para ir preparando esa situación determinada, la adaptación a un puesto de trabajo. Para leer más:

 

Emch, P. (2012) Finding the Right Message. Autism after 16. www.autismafter16.com/article/07-09-2012/finding-right-message

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