Yoga contra la esclerosis múltiple

Yoga contra la esclerosis múltiple

Catorce enfermos de esclerosis múltiples fueron sometidos a un programa de práctica de yoga que duró ocho semanas. Al final de estas, se constató que habían mejorado su coordinación y motricidad; y disminuido su dolor y fatiga. Los autores del estudio, de la Universidad Rutgers, afirman que estos resultados demuestran que el yoga puede resultar un tratamiento muy útil para este trastorno.

Un pequeño estudio realizado por científicos de la Universidad Rutgers de Estados Unidos ha arrojado interesantes resultados para las personas que padecen esclerosis múltiple (EM), pues sugieren que los síntomas de esta enfermedad se reducen mediante la práctica del yoga.

La esclerosis múltiple es un trastorno autoinmune que afecta al sistema nervioso central y que puede producir pérdida de masa muscular, debilidad muscular o fatiga, entre otros muchos síntomas. El yoga, por su parte, es una disciplina física tradicional y mental de origen hindú.

La presente investigación se hizo porque, aunque cada vez surgen más evidencias de las bondades del yoga para los pacientes de EM, aún hay pocos datos empíricos que aseguren su eficacia y seguridad, explica Susan Gould Fogerite, una de las autoras de la investigación, en un comunicado de la Universidad Rutgers.

El estudio consistió en someter a 14 pacientes con EM a un programa de ocho semanas de entrenamiento de yoga especialmente diseñado para enfermos de este tipo.

Todos hicieron yoga durante 90 minutos, dos veces por semana, siguiendo técnicas y ejercicios destinados a mejorar posturas, ayudar a incrementar la histamina (un neurotransmisor que juega un papel fundamental en la prevención y la reducción de los efectos de la enfermedad) y a enseñarlos a relajarse y concentrarse.

Al final de las ocho semanas, se constató que los participantes eran capaces de recorrer mejor distancias cortas, de caminar durante periodos más prolongados de tiempo; tenían un mayor equilibrio y una coordinación motora fina (de manos, pies y dedos) mejorada y fueron además más capaces de levantarse.

Su calidad de vida también mejoró, en cuanto a salud mental percibida, capacidad de concentración, control de vejiga; visión; y disminución de dolor y de fatiga.

Los voluntarios tenían edades comprendidas entre los 34 y los 64 años, y habían sido diagnosticados de la enfermedad entre dos y 26 años antes.

Según los autores de la investigación, los resultados obtenidos demuestran que, aunque el yoga no se prescriba de manera generalizada a los pacientes con EM, es un tratamiento muy útil para esta enfermedad.

 

 

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