¿Te complicas demasiado la vida? ¿Crees que ella, de por sí, es complicada? Eso es porque no sabes volver a lo simple.
En ocasiones, vemos problemas donde no los hay, puertas cerradas cuando hay muchas abiertas…
En definitiva, la vida es más sencilla de lo que parece, somos los seres humanos los que la hacemos difícil.
El cuento zen que nos habla de la sencillez
El cuento que a continuación te presentamos nos ilustra de una manera simple cómo volver a lo simple y deja claro la manera en la que solemos complicar las cosas.
Hung había alcanzado la iluminación, pero, como todos los iluminados, hablaba muy poco sobre ello. Sus discípulos le preguntaban constantemente sobre su experiencia.
Sin embargo, lo único que Hung les dijo es que al iluminarse se sintió como un tonto. Los discípulos no daban crédito y le preguntaron por qué. La respuesta de Hung los dejó boquiabiertos:
—Me he pasado muchos años de mi vida escalando un muro muy alto. He caído y he vuelto a empezar cientos de veces.
Me he lastimado las manos y los pies, hasta que al final logré trepar hasta arriba. Cuando llegué, dañé mis manos al romper un cristal para entrar en la torre de la iluminación…
Los discípulos no entendían nada. Lo que les decía Hung los desconcertaba. ¿Acaso no valía de nada el esfuerzo realizado? ¿No significaba nada llegar hasta esa torre, ya que le hizo sentir como un tonto?
Hung, antes de que los discípulos le preguntasen algo más, volvió a hablar:
—Cuando estuve dentro de la torre de la iluminación me di cuenta de que la puerta siempre había estado abierta.
La pregunta es: ¿cómo dejar de complicarse la vida y volver a lo simple?
Pasos para volver a lo simple de la vida
Para volver a lo simple que es la vida es necesario desaprender algunas conductas o maneras de comportamiento que, sin duda, hacen que todo sea más difícil.
Disfrutar de las pequeñas cosas
Nos complicamos la vida buscando más posesiones, riquezas y más beneficios materiales que nos garanticen una felicidad que parece nunca llegar.
¿No sería más inteligente disfrutar de las pequeñas cosas? Esa puesta de sol, la caricia de la persona que amas, el abrazo de un hermano a quien hace años que no veías… Volver a lo simple no es tan complicado.
Rescatar viejas costumbres olvidadas
En una ciudad es bastante difícil, pero si estás en un pueblo o en una aldea, ¿por qué no saludas a todo aquel con el que te cruzas?
Esta era una norma no escrita que te hacía sentir muy bien. Saludar a quien no conoces, pero que te devuelve el saludo, tal vez con una sonrisa de gratitud que te alegra el día.
También, puedes darle la bienvenida a un nuevo vecino del barrio u otra vieja costumbre que favorezca el contacto con personas que no conoces.
Pues, en la sociedad en la que vivimos, hemos aprendido a ignorar al prójimo. Quizás por eso, a veces, nos sintamos tan solos…
Alejar los chismes
Volver a lo simple implica no caer en lo atractivo de los chismes, que muchas veces no son tan ciertos como parecen ser.
También es importante saber alejarnos de todas las personas tóxicas que pueda haber a nuestro alrededor. Ladrones de energía que tan solo quieren manipularnos o engañarnos para sacar algún beneficio.
No darle tantas vueltas a las cosas
Este es un síntoma de las personas que sufren ansiedad y que les provoca que no puedan tomar una decisión con seguridad.
Una manera de volver a lo simple es siendo consciente de todos esos pensamientos que se sumergen en un círculo que nunca termina. Giran y giran, pero nunca encuentran la salida.
Es necesario aprender a soltarlos, para que sigan su curso y no nos aferremos a ellos. De lo contrario, ya nos estaremos complicando la vida.
Ahora que ya sabes cómo volver a lo simple, es importante que introduzcas estos y muchos otros pasos que se te pueden ocurrir para dejar de complicarte la vida.
Todo es mucho más fácil de lo que parece.