Todos aspiramos a tener una personalidad equilibrada. Que nos haga sentir bien con nosotros mismos y también con los demás.
El problema es que creemos que esto tiene que ver con ser perfectos, y este error nos impide alcanzar ese equilibrio que anhelamos.
No es humano creer que hay alguien perfecto, porque todos nosotros estamos repletos de imperfecciones. Por eso, el primer paso para tener una personalidad equilibrada es aceptar este hecho.
La imperfección es natural, es humana.
Porciones que enriquecen nuestra personalidad
Creemos que muchos de nuestros rasgos son negativos cuando, en realidad, tienen muchos más beneficios de lo que pensamos. Hoy repasaremos algunos de los más habituales, esas porciones de nosotros mismos que rechazamos, pero que nos enriquecen.
El miedo
El miedo es algo natural, nos puede salvar en innumerables ocasiones de un peligro. Toda personalidad equilibrada sabe que el miedo es algo positivo para ella, hasta que este se torna habitual.
Si vivimos con un constante miedo a todo, si no sabemos enfrentar nuestros miedos, entonces tal vez este no sea enriquecedor para nosotros.
El histrionismo
El histrionismo es la exageración de algo para llamar la atención. Quizás pienses que es algo negativo, pero qué bien le viene esto a los profesores que intentan evitar que sus alumnos se aburran en clase.
Siempre y cuando se utilice en este tipo de casos,el histrionismo es algo positivo. El problema es cuando lo hacemos para suplir algún tipo de carencia que tenemos.
La indiferencia
Tal vez, ser indiferente no es un rasgo muy atractivo, aunque imagínate si no fuéramos indiferentes a todo lo que sucede. Entonces, tal vez, terminaríamos cayendo enfermos.
La indiferencia es necesaria para las personalidades equilibradas. Solo con esto pueden lograr mantenerse sanas y protegerse, de alguna manera, de todo aquello que, si les preocupara, les haría enfermar.
Las obsesiones
Las obsesiones son, en general, negativas, pero esto es porque nos obsesionamos con cosas o personas que nos hacen daño. Es importante dejar algunas obsesiones de lado, que nos limitan, que nos hacen sufrir.
En cambio, es importante que nos centremos en aquellas positivas. En nuestro trabajo obsesionarnos con algún tema puede hacer que nos centremos en los detalles y que el resultado sea más fructífero.
El narcisismo
El narcisismo exagerado puede ser negativo, pero en la dosis exacta puede ser un gran rasgo para una personalidad equilibrada.
Piensa que todos necesitamos una dosis de autoconfianza en nosotros mismos que nos inste a seguir nuestros sueños, a lograr lo que deseamos y a seguir adelante. Si no creemos en nosotros mismos, ¿cómo podremos hacer esto?
En el equilibrio se encuentra la clave
Si aún piensas que estos rasgos pueden ser negativos, tenemos que decirte que la clave para una personalidad equilibrada se encuentra en el propio equilibrio de estos atributos.
Sin embargo, conseguirlo puede resultar difícil para muchas personas.
Pongamos, por ejemplo, que nos encontramos con el rasgo de la obsesión. Esto nos permite centrarnos en una sola cuestión y exprimirla al máximo para sacar todo su jugo. Puede ser muy positivo, pero necesitamos también añadir una amplitud de miras.
Cuando nos obsesionamos no vemos más allá de nosotros mismos y empezamos a rechazar cualquier otro punto de vista que altere nuestra visión. Es importante que intentemos encontrar el equilibrio sin caer en el extremo.
Lo mismo ocurre con el resto de los rasgos. Por ejemplo, una persona narcisista puede resultar verdaderamente intolerable, pero todos tenemos algo de ese rasgo dentro de nosotros mismos.
Sin esto, nunca lograríamos alcanzar todo lo que nos podamos proponer. Las metas se quedarían en meros sueños, los caminos a medio recorrer… El narcisismo en bueno en su justa medida.
¿Crees que tienes una personalidad equilibrada? ¿Te dejas llevar por algunos rasgos que posees? El equilibrio es algo difícil de conseguir, pero necesario.
Ahora que ya sabes los rasgos más negativos, pero también más positivos, ¿te esforzarás en equilibrarlos?
Nunca te dejes llevar por estos rasgos que pueden transformarte en una persona egocéntrica, indiferente y temerosa. En tus manos está conseguir esa personalidad equilibrada tan anhelada, llena de defectos, pero que nos hará ser perfectos.
