Una inspiradora carta de una mamá a su hijo con autismo

Para ti, Jaimito
Hijo:
Esperaré con paciencia, el momento en que puedas expresar tus sentimientos, con palabras. Sabré atesorar en mi corazón, uno a uno, todos los instantes que tu pequeña voz me regale.

Te estaré esperando hijo, siempre, no importa el tiempo que pase. Ten la seguridad, que mientras se cumple este anhelado sueño, aprovecharé cada instante para decirte, de muchas formas, cuánto que te amo.

A través de ti, Dios me bendijo siendo portadora de vida y me encomendó cuidarte y protegerte. Cuando llegaste a mi vientre, qué lejos estaba de entender el giro tan maravilloso que daría mi vida: una y mil veces, gracias por todo lo que me has regalado.

También es cierto, que no todo ha sido fácil. Aunque te suene extraño, siento la absoluta necesidad de defenderte de todo:

*De ese niño que te dice “ardilla”, solo porque tus dientes son grandes.
*De ese adulto que te mira con insistencia porque brincas con alegría, aleteando constantemente tus manitas.
*De esa gente que no entiende que tus pequeños gritos son manifestación de la comunicación tan especial que tienes con este mundo.|

sonrisa

Mi chiquito, ser tu mamá tiene que ver con quererte más que a mi misma; ser capaz de cualquier cosa con tal que tú no sufras…nada, nunca, jamás. Cuando te enfermas, quisiera ser yo, la que sintiera los malestares, los dolores y poder curarte con un beso.

Me haces feliz cuando tus pequeños ojos acarician los míos, a través de tu mirada; cuando te acercas a mi para darme un beso, cuando tu mano toma la mía para que juntos recorramos el camino…

Cuando me dices mamá, ¡Qué importante me siento!

¡Verte feliz es mi felicidad! ¡Gracias por hacerme tu mamá!

¡Gracias por los abrazos, los besos, las lágrimas, los dientes de leche, las levantadas en la noche, las sonrisas, las fotos, los juegos compartidos, los brincos en la cama……son mis mejores medallas!

Con amor,
Mamá Irma

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