Una historia sobre sordera y juventud, colmada de nostalgia, sueños, anhelos y sobre todo esperanza, ofrece la puesta en escena “Un gato vagabundo”, presentada anoche en el Teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque (CCB), en esta capital.
Bajo la dirección de Alberto Lomnitz, se trata de una obra escrita por los actores sordos Eduardo Domínguez y Roberto de Loera, en la que de manera poética, se tocan temas como la falta de oportunidades hacia este sector de la población como la falta de trabajo y educación, así como la depresión y la libertad.
En el idioma de los sordos, uno de los actores bautizado como “Vagabundo” retrata la vida de estos hombres y mujeres que andan por toda la ciudad, muchos de ellos, carentes de oportunidades.
En poco más de una hora se cuenta la historia de este hombre, quien vive una fuerte depresión, a tal grado de querer quitarse la vida, pero en su andar, aparece un personaje misterioso, quien lo hará cambiar su decisión.
“Propuse contar la historia de un sordo, quien podría ser un sordo típico cualquiera de esta ciudad, un sordo que se llama ´Vagabundo´, nombre de pila con el que se le conoce a señas.
“De niño a él le decían gato y el gato decide un día cambiar su propia seña y nombre y opta por llamarse ´Vagabundo´ porque anda por doquier”, dijo Lomnitz, quien calificó la puesta de conmovedora.
Con problemas para entender el español, dado que aparentemente proviene de provincia, el protagonista decide dar un giro a su vida y opta por salir de su lugar de origen; de este modo, acampa en un lugar abierto.
Luego de un rato de pedir un aventón, un grupo de hippies lo levantan, le invitan a fumar algo más fuerte y de esta modo cambia su manera de ver la vida.
El director escénico de Seña y Verbo, Lomnitz, mencionó que esta no es la primera vez que la compañía aborda el tema de los sordos, ejemplo de ello es “Quien te entiende”, obra que actuada por tres sordos, quienes narran historias reales.
“En este caso se retrata la vida de hombres y mujeres que andan por doquier. Es una historia de ficción, creamos una obra de lo que pensamos podría ser una vida cualquiera, pero es un trabajo ficticio”, señaló el director.
La obra, abundó, gracias al buen trabajo de su protagonista, transcurre en una especie de pantomima narrativa, que puede ser calificada como hermosa y poética.
Dado que “Vagabundo” es sordo, el espectador es testigo de los diálogos del protagonista a través subtítulos que son proyectados en el escenario, lo que da la impresión de que se encuentra en el cine y no en un teatro.
Para el dramaturgo, “Un gato vagabundo” es una historia sobre sordera y juventud, en la que muchos de los problemas que tiene el personaje, se presentan en la actualidad a cientos de jóvenes.
“Un gato vagabundo”, obra a la que se suma también la actriz Socorro Casillas, ofrecerá temporada a partir de agosto en el Teatro Sergio Magaña, en esta capital.
Teatro Julio Castillo – Centro Cultural del Bosque
Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Paseo de la Reforma, Miguel Hidalgo, Ciudad de México, D.F.
55 5283 – 4600.
