¿Quieres tener un bebé con tu pareja? Si es así, ¿por qué? A veces, hay quienes quieren tener retoños para solucionar sus propios problemas de pareja.
No se dan cuenta de que esto no es una solución, sino un intento de buscar una vía de escape.
Continuamos con viejas creencias en nuestra mente que nos empujan a cometer una y otra vez los mismos errores. Piensa, por ejemplo, en todas esas personas que se casan por la Iglesia, pero ni siquiera son creyentes.
¿Por qué lo hacen? ¿Costumbre?
Los problemas de pareja son cosa de dos
Todas las parejas tienen problemas, pero estos solo responsabilizan a dos personas, no a más. No se pueden tomar decisiones precipitadas ante una situación así, ya que otros pueden verse afectados.
Nos resulta muy difícil lidiar con los problemas de pareja; tanto es así que intentamos buscar opciones, formas para que la relación se mantenga a flote.
Sin embargo, si te encuentras en medio del mar, por mucho que te lancen un salvavidas, si nadie va a rescatarte, no te servirá de nada.
No es cuestión de no tomar decisiones, es una razón para no elegir direcciones equivocadas. ¿No estás bien con tu pareja y decides casarte? ¿Tenéis problemas y decidís tener un bebé?
Hay muchas circunstancias en las que dos miembros de una relación empiezan a tomar decisiones equívocas que no harán más que retrasar lo inevitable: la ruptura.
Aceptémoslo, por mucho que queramos tapar los problemas con tomas de decisiones y cambios en nuestra vida, estos seguirán ahí si no les hacemos frente.
Somos adultos responsables y, como tales, es nuestro deber no ignorar o poner parches a la relación. Los problemas se tratan directamente, de cara. Una vez resueltos se podrá pensar en aumentar la familia.
Los niños acaban sufriendo
Lamentablemente, son muchas las parejas que tienen un bebé con el fin de terminar con sus problemas o, al menos, de aminorarlos.
Creen que esto les traerá felicidad, y tal vez sea así. El gran problema es que esos conflictos que teníamos con nuestra pareja aflorarán, sino es ahora, unos años después.
¿Quién sufrirá entonces? Tal vez no te des cuenta de que esa pequeña personita a la que has utilizado para resolver un problema que es solo tuyo también sufre.
Tiene que aguantar discusiones, malas caras, malestar en el hogar.
Lo más probable es que no te des cuenta porque crees que es demasiado pequeña para entender los problemas de adultos.
No es cuestión de entenderlo, sino de que las discusiones, las peleas, todas las emociones negativas, sí repercuten en ella.
No es una pared, no es un objeto. Es una persona que siente y vive. Creíste que con ella todo se solucionaría. No quieres pensar en que la has utilizado, pero la realidad es la que es.
Es posible que hayas siempre querido tener un hijo, pero esas ganas se vieron acrecentadas en cuanto tu relación empezó a desmoronarse.
¿Quién podría considerar esta situación una buena opción para crear vida?
Los conflictos no se solucionan solos
Muchas parejas creen que sus problemas se solucionarán solos, aunque a veces tienen que tener algún aliciente, como un nuevo miembro en la familia. No podrían estar más equivocados.
Antes de tener un bebé, antes de iros a vivir juntos, antes de casaros, antes de tomar cualquier decisión importante que afecte a vuestra persona y a vuestras vidas, es importante solucionar cuanto problema haya.
Solamente así tendremos la certeza de que hemos tomado la decisión correcta y de que pisamos sobre terreno seguro.
Cuántas veces habremos girado la cabeza ante los problemas que asolaban a nuestra relación por el simple hecho de no querer enfrentarnos a ellos. Aunque ahora parezcan solucionados, con el tiempo volverán a aparecer.
Puede que hayáis caído en la rutina, que haya una infidelidad de por medio, que el amor se vea decaído… Sea cual fuere el problema que os acaece, un bebé no será la solución, tan solo un parche que, con el tiempo, dejará de hacer su función.
Un hijo nunca solucionará vuestros problemas de pareja, esto solo están en vuestras manos.
