Desde su fundación, las dificultades financieras para mantener una institución como APAC, ha llevado a hacer lo más posible con los pocos recursos existentes. Con esta filosofía se compró un viejo taller en la Colonia Doctores para convertirlo en escuela.
El resultado fue: espacios poco apropiados para salones de clase, con escasa luz, poca ventilación y equipamiento deficiente, baños inadecuados para la discapacidad motriz de nuestros alumnos y deteriorados por la falta de mantenimiento.
¡Evidentemente esto era mejor que nada!
En una visita de nuestros alumnos a una escuela privada, Pedro alumno de cuarto año nos dijo:
¿Por qué nosotros no podemos tener una escuela bonita?
Desde ese día toda la comunidad APAC se dio a la tarea de conseguir los recursos necesarios para rehabilitar nuestras instalaciones.
Y lograr una escuela digna para nuestros niños, un ambiente propicio para que desarrollen sus capacidades y que no por tener una discapacidad tengan que realizar su aprendizaje en aulas más feas y menos adecuadas que a las que asisten sus hermanos.
Hoy es un logro que se ha materializado gracias a la generosidad de muchas personas, empresas e instituciones. Gracias por su ayuda y compromiso, el reto es seguir trabajando día con día.
Fuente: APAC, I.A.P. ASOCIACIÓN PRO PERSONAS CON PARÁLISIS CEREBRAL