¿Tartamudea mi hijo? (Mayka Cevedo)

 
Una de las consultas más comunes que recibo día a día, es la que encabeza esta columna. Madres preocupadas porque su hijo (a) de 2, 3 ó 4 años presentan bloqueos o repeticiones en el habla, lo cual genera en la familia preocupación por la posibilidad de una Tartamudez.

Para dar calma y sosiego a todos aquellos padres que se encuentren actualmente ante este dilema, va dirigido este artículo que a continuación les entrego, con el objetivo de bajar sus niveles de angustia y así poder evaluar la situación con la mayor objetividad posible.

Entre la edad de 2 a 5 años, casi todos los niños presentan repeticiones de sonidos («mmmmamá), silabas («ma ma mami»), palabras («mami mami mami») y hasta frases ( «yo quiero yo quiero agua»). Esto no es propiamente lo que conocemos como Tartamudez, sino más bien una especie de disfluencia, es decir, una ruptura en la fluidez del habla, debida a que el acto motor (el habla) es más lento que el pensamiento del niño y así al tratar de comunicar sus ideas de manera rápida, comienza a generar tropiezos en su habla.

La cantidad de repeticiones y su frecuencia, varia de niño a niño y de la situación en sí. Algunos logran superarlo en semanas, otros en meses, etc. De igual manera, puede ocurrir que una vez desaparecido el episodio, aparezca más tarde, pero generalmente tiende a suprimirse de manera definitiva.

Pero si la situación se presenta, ¿qué podemos hacer los padres, maestros y familiares para ayudarle a superarlo pronto?. En primer lugar, tener mucha paciencia y seguir algunos tips como los siguientes:
– No le regañe, ridiculice o le haga sentir mal por la situación ya que esto empeoraría su condición.
– Bríndele calma y seguridad en su entorno.
– No complete sus frases o palabras tratando de culminar sus ideas. Dele tiempo para hablar.
– Plantéele preguntas que requieran respuestas cortas.
– Sea buen oyente y tenga paciencia, así le enseñará que a usted le interesa lo que el quiere expresar.
– No permita burlas de familiares, amigos y otros. Instrúyales cómo actuar ante la situación.
– Sea un buen modelo para el niño, hablando pausadamente y viéndole a la cara. Recuerde que la mejor manera de enseñar algo es a través del modelado.
– Converse con su maestra para saber cómo está manejando ella la situación en el aula.
– Trate de no impacientarse o avergonzarse por el hable del niño ante extraños. Usted es su mayor apoyo y ejemplo.
– Recompénselo con abrazos y mucho cariño, para que sienta cuanto nos gusta verle comunicarse adecuadamente y a su vez eso le estimulará a seguir haciéndolo bien.

Recuerde que es una etapa natural del desarrollo del habla y que como tal será superada. Sin embargo, algunas situaciones pudiesen agravar o aumentar su dificultad, y por ello es importante estar atento a otros síntomas concomitantes, los cuales pueden alertarnos de un posible problema mayor. Por ejemplo:
a) subida de tonos y volumen, por el esfuerzo al producir las palabras
b) Angustia en su expresión facial
c) Evasiones ante ciertas palabras, frases o situaciones
d) Movimientos Asociados: parpadeo, «tic» en el cuello, cara o piernas; aumento de tensión visible en diferentes partes del cuerpo (labios, lengua, garganta, etc) y temblores.
e) Alteraciones en la velocidad.
f) Bloqueos respiratorios o espiraciones bruscas.
En caso de dudas o presentar cualquiera de los síntomas anteriores, deberá acudir a un terapeuta de lenguaje o médico foníatra, que determine la verdadera gravedad del caso y así intervenir rápidamente con el fin de evitar complicaciones a futuro.

Mientras tanto, mucha paciencia y amor con tu hijo, para rodearle de un ambiente seguro y cálido.
Mayka Cevedo
Caracas


Autora: Lic. Mayka Cevedo
Terapeuta de lenguaje
Consultora del Método Tomatis para Venezuela
Mail: tomatisvenezuela@gmail.com

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