Taller de Artes Plásticas para niños sordociegos y multimpedidos

¿Artistas plásticos sordociegos? Pero, ¿cómo?

Me hacía estas preguntas mientras me dirigía, un tranquilo 24 de junio, a la Galería Alternativa en Las Mercedes, donde se exponían las obras elaboradas por un grupo de niños y jóvenes sordociegos y/o multimpedidos en el primer Taller de Artes Plásticas organizado por la Asociación Civil Sordociegos de Venezuela (Socieven).

Al llegar a la Galería hice un recorrido por sus espacios, admirada del colorido y la composición de las 45 piezas exhibidas, realizadas con pintura de agua y otros elementos como pabilo, cartón, estambre, semillas y botones. Pero ¿cómo?, me seguía preguntando.

Afortunadamente, se encontraba allí Thais Polanco, quien concibió y dirigió el Taller y pacientemente respondió mis preguntas. Thais es artista plástica con postgrado en psicología y tiene amplia experiencia en la docencia. Sin embargo, aunque tenía sensibilidad ante el tema de la discapacidad, esta sería su primera experiencia trabajando con personas con necesidades especiales. Aceptó el reto, lo cumplió con éxito y ha quedado muy motivada para continuar trabajando con los muchachos de Socieven.

El Taller de Creatividad fue concebido como experiencia piloto utilizando los elementos del Arte para estimular en estos muchachos con serios problemas de audición, visión y multimpedimentos la necesidad de expresarse, conocer e interrelacionarse con el mundo que los rodea y fomentar la confianza en si mismos.

Las sesiones de trabajo se desarrollaron en forma semanal por un período de siete meses y en ellas participaron Pedro, 9 años, sordociego total; Tania, 22 años, deficiente visual y sorda; Paola, 11 años, sorda y con limitación cognitiva; Sherenay, 14 años, sorda y con autismo. Estos muchachos fueron seleccionados por Socieven por su capacidad para comunicarse. Cada muchacho participó acompañado de una docente facilitadora.

Para diseñar la metodología de trabajo, Thais debió investigar sobre las características de la discapacidad de los muchachos y familiarizarse con la forma de enseñanza y aprendizaje que se emplea con ellos. Es así que prefirió valerse de herramientas capaces de activar los sentidos del tacto, el olfato y el gusto, apoyándose siempre en las docentes, familiarizadas con las técnicas de comunicación y el estilo de aprendizaje de los incipientes artistas.

En cuanto al contenido programático del Taller, Thais se esmeró por iniciarlos formalmente a los principios básicos de los elementos del arte.

Los muchachos desarrollaron sus piezas a partir de la percepción tactil de algunos objetos. Entre esos, un oso de peluche y un bowl de frutas frescas.
Se utilizó mucho el juego de texturas y de relieve para orientar a los muchachos. Por ejemplo, Pedro, el niño sordociego, pudo mediante el tacto apreciar la forma, proporciones, volumen y textura del oso; luego la facilitadora, «guiandole la mano» delineaba el contorno de la figura con el punzón, permitiendole asi a Pedro percibir por asociación las formas sobre en papel. En el caso de los deficientes visuales, se remarcaban los contornos en negro. Además, se potenció mucho la imaginación y la creatividad. Por ejemplo, al explicarle al niño ciego en qué consisten las nubes, se hizo la relación mediante unas moticas de algodón que el niño palpaba.

Para trabajar las proporciones del cuerpo humano, se recurrió a la exploración de figuras geométricas y a la utilización de plastilina para trabajar volumen.

Estos nuevos aprendizajes quedaron manifiestos en el trabajo de cierre del taller. La elaboración por cada participante de su Autorretrato, entre las piezas más emotivas de la Exposición.
Thais remarcó como fortalezas de los muchachos su capacidad de concentración y su entusiasmo. También hizo énfasis en el profesionalismo y la creatividad de las docentes facilitadoras. Un recurso insustituible.

En cuanto a los padres, el día de la inauguración de la Exposición lloraban de la emoción. No podían imaginar el talento de sus hijos. Y los muchachos, ni hablar. ¡Que emoción y qué orgullo!

Por cierto, durante los días de la exhibición se venderían las obras al público. La mitad del dinero recaudado sería destinado para el artista y el resto para Socieven. En este sentido, fue un éxito total ya que mi visita tuvo lugar apenas el segundo día de la exposición y prácticamente todas las piezas ya tenían nuevos dueños.

Thais asegura que el Taller de Creatividad resultó aleccionador y enriquecedor para todos los involucrados y concluye afirmando: «Creo que esta muestra es un logro importante. Noté un cambio en su actitud y además observé cómo son capaces de crear si se les permite dejar libre su expresión e iniciativa. La idea es sacarles lo que tienen adentro, lo que quieren comunicar.»

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