Soñé cómo sería mi hija; cuando veas su foto no lo podrás creer

Bebé

Desde chiquita mi vocación fue ser mamá. Y digo vocación porque así lo sentí desde siempre. Adoro los bebés y niños. El mundo de la infancia me parece maravilloso, y cuando digo que convertirme en mamá fue la mejor experiencia de mi vida y el mejor regalo que me hizo Dios, no estoy exagerando. Es por ello que el sueño que tuve durante muchos años cobra sentido ahora.

  • Un sueño repetitivo

    Hace algunos años, cuando yo aún estaba soltera y aún no tenía planes de tener familia, pues estaba estudiando en la Universidad, comencé a tener un sueño recurrente. Soñaba a menudo con un bebé de cabello enrulado y rubio. En el sueño, sólo se me aparecía el rostro de este bebé, en un entorno blanco, como esfumado. Su carita era perfecta, sus rizos dorados y su aparición me dejaba completamente enamorada. No sabía quién era. Lo tomaba tan solo como un sueño más. Sin embargo, cuando me convertí en mamá por primera vez ese sueño tuvo lógica.

  • Ese ángel era mi hija

  • ¿Has oído por ahí que las almas de nuestros hijos nos eligen antes de nacer?

    Parece que así fue mi caso, porque ese angelito que aparecía algunas noches en mis sueños hoy es el rostro de mi hija Indira. Puedes llamarlo intuición, o premonición, pero sin proponérmelo y sin pensarlo demasiado, su rostro era igual al que hoy veo cada mañana al despertar. Mi hija tiene un cabello ensortijado rubio y bonito, exactamente igual al de la aparición de mis sueños.

  • Una conexión especial

    Lo que me sucedió fue sólo el inicio de esta relación maravillosa con mi hija. Ella se estaba conectando conmigo, me estaba avisando que llegaría en cualquier momento. Tiempo después, cuando sus rulos asomaron en todo su esplendor me di cuenta de que la conexión de las almas es un misterio hermoso y profundo.

    La conexión que yo tengo con mi hija es sorprendente. Cuando estoy pensando algo ella parece adivinarlo a la perfección. Si estoy pensando en comprar bananas me dice «mami, quiero comer banana», si pienso que hace frío ella dice «mami, cerremos la ventana porque está frío». Y como ésos, muchos ejemplos más, que son tan verdaderos como sorprendentes. No me extrañaría que nuestros pensamientos estén tan conectados, pues estuvo en mi mente, en mis pensamientos y en mi alma desde mucho tiempo antes de ser concebida. Y auqnue no lo creas, ésta conexión la tengo también con mi madre.

  • ¿Elegimos a nuestros padres?

    Aunque muchas veces decimos que uno no elige dónde nacer ni a sus padres, muchos piensan que el alma de las personas escoge a sus progenitores mucho antes de ser concebidos. Según el sitio Soy Espiritual, el alma escoge a los padres hasta 3 meses antes de su concepción. Teniendo en cuenta esta premisa, mi hija se estaba presentando ante mí en mi experiencia onírica. De sólo pensarlo se me estremece la piel.

  • Fomentar y alimentar la conexión

    Desde mi lugar de mamá trato siempre de cuidar ese precioso vínculo que me une a mis hijos. La conexión espiritual que tengo con ellos es innegable y tan sólo una mirada o un gesto es suficiente para entendernos. Mis hijos no sólo se dan cuenta cuando algo me pasa, sino que lo manifiestan en su propio cuerpo. Si estoy nerviosa, aunque no quiera demostrarlo, ellos estarán intranquilos; si estoy feliz, ellos traspolarán su alegría también.

    El vínculo madre hijo es una unión para toda la vida. Cada día intento alimentar esta relación y ser mejor madre. No intento ser la mejor madre del mundo, sólo intento ser la mejor versión de mí misma para ellos. Ellos se merecen mi esfuerzo y dedicación, mis sonrisas y mis abrazos. Ser madre abrió las puertas de mi ser hacia un camino de plenitud y armonía. ¿Te ha pasado lo mismo?

 

 

 

Original.

(Visited 5 times, 1 visits today)

Etiquetas , ,