Sirenas de campeonato: nadadoras con Síndrome de Down mejoran su calidad de vida en el agua

Campeonato

Desde hace ocho años, el equipo de nado sincronizado para personas con Síndrome de Down “Sirenas Especiales” le ofrece a los atletas de alto rendimiento que participan en él la posibilidad de mejorar su calidad de vida.

La entrenadora del equipo, Paloma Torres, quien es psicóloga y exnadadora de la selección de nado sincronizado de Perú, comenzó con el equipo de nado sincronizado cuando realizó sus prácticas profesionales de la especialidad de psicología gestalt que cursó en México.

El equipo comenzó en una alberca pequeña, en un espacio privado, y ahora entrena en la fosa de clavados de la Alberca Olímpica, y es un equipo profesional que representa a México en competencias paralímpicas.

Conformado por Rocío Santos, Daberat Mendoza, Cynthia Alondra Turcio, Jessica Monzón, Carolina Guzmán, Axel Vidal, Mariana Domínguez, Hugo Guzmán, Isis González, Emilia Moreira, Daniela Milla y Rocío Torres, “Sirenas Especiales” ha cosechado para México 31 medallas, ganadas en competencias como el Campeonato Mundial de Natación “Special Olympics” y de la Organización Internacional de Natación con Síndrome de Down (DSISO).

“Empecé el proyecto para buscar beneficios en personas con Síndrome de Down, sobre todo en el aprendizaje, que los jóvenes tuvieran una mayor capacidad de concentración y de memoria a largo plazo, y que no solamente fuera aprendido en la escuela, sino que también fuera aprendido en otro ámbito”, contó Paloma.

Fue así como juntó sus dos grandes pasiones en la vida, el nado sincronizado y la psicología gestalt, para comenzar con “Sirenas Especiales”, que ayuda al desarrollo de las personas con Síndrome de Down “porque requiere memoria para aprenderse una rutina de tres o cuatro minutos y mucha concentración, porque tienes que estar pendiente de la música, de tu movimiento de piernas y brazos”, explicó.

Además, Paloma Torres trabaja con el equipo diariamente en un taller “en el que nos dedicamos a reforzar la parte de lectoescritura y matemáticas, así como vida independiente y cosas de psicomotricidad fina, lo trabajan conmigo”, lo que permite un entrenamiento y formación integral de los atletas.

“Su entrenamiento empieza en la mañana, reforzando toda la parte cognitiva, que es fundamental para que funcionen bien en el agua. Lo que nosotros hacemos es promover mucho esta parte de que haya un constante pensamiento lógico y de razonamiento que se vea reflejado al momento en que nadamos. Luego comemos y nos vamos juntas a nadar”, señaló.

A través de actividades que realizan con ayuda de tablets y aplicaciones, así como de la visita a librerías y la realización de círculos de lectura, Paloma busca que los atletas “sean parte de una dinámica como la de toda la gente”.

“Vale la pena ver a los chicos haciendo su máximo esfuerzo”

“Yo buscaba un lugar donde hubiera una maestra sensibilizada y capacitada para atender a los chicos con discapacidad, porque muchas veces a los lugares donde se les permite acudir no están completamente integrados”, explicó Livier, madre de Emilia.

Aunque ella no imaginó el potencial que tendría su hija, ni el equipo de Sirenas Especiales, al que llegó buscando una actividad física que pudiera desarrollar su hija, “ahora veo la proyección que a la larga va a poder tener mi hija, y todas las demás, gracias al apoyo que les damos sus familias y la maestra”.

Rocío, madre de una de las atletas con el mismo nombre, señaló que, al nacer su hija, los doctores le dijeron que tendría muchas dificultades; sin embargo, “ella ha podido lograr muchas cosas a través de este deporte”, lo que “me hace sentir muy halagada y orgullosa”.

Sin embargo, no ha sido sencillo: para poder acudir a las competencias, las familias de los integrantes de Sirenas Especiales han tenido que solventar todos los gastos.

“A las competencias a las que hemos ido no tienen patrocinadores, todos los recursos tenemos que conseguirlos nosotras, solventar los gastos, pero vale la pena ver a los chicos hacer su máximo esfuerzo”, comentó Livier.

Para obtener recursos, Sirenas Especiales elabora galletas que son empaquetadas por los atletas, y vendidas por su entrenadora y madres de familia, con las que esperan poder financiar sus próximos viajes a competencias en 2018 a Japón, Canadá, Estados Unidos y Acapulco.

De acuerdo con Paloma, la entrenadora, en estos ocho años Sirenas Especiales ha crecido. “Hoy en día hay mucho más gente que voltea a vernos y a apoyarnos. Yo hace dos años tenía solo seis niñas y míranos ahora, ya vamos a tener otro equipo en Toluca. Eso quiere decir que las personas se están dando cuenta de que sí se puede hacer”, concluyó.

Si quieres apoyar a Sirenas Especiales comprando galletas o contratándolas para dar exhibiciones, o quieres consultar los requisitos para poder formar parte del equipo de nado sincronizado para personas con Síndrome de Down, consulta su página web.

 

 

 

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