Sexo sano para la parálisis cerebral

Pareja

Aspace, la Asociación de Parálisis Cerebral de Balears, está ultimando un proyecto de desarrollo afectivo-sexual para sus usuarios que contempla, para aquellos que tienen una mayor capacidad cognitiva, la ayuda de un asistente que permitirá a estas personas con discapacidad funcional gozar más plenamente de su sexualidad. «Los asistentes tendrán que tener formación en el ámbito sociosanitario», recalcan desde Aspace

El proyecto de desarrollo afectivo-sexual en el que está trabajando la Asociación de Parálisis Cerebral de Balears (Aspace) contempla hasta tres actuaciones diferentes en función de las necesidades y las capacidades cognitivas de los usuarios adultos de esta asociación, unas 70 personas mayores de edad que conviven en su residencia y en su centro de día.

Macu Moreno, directora de servicios asistenciales de esta asociación, explica que su proyecto engloba las necesidades más primarias de usuarios que manifiestan su deseo sexual de manera muy impulsiva como puede ser la masturbación.

«A estas personas se les facilitará un espacio tranquilo y con intimidad para que satisfagan su deseo. Habrá una higiene posterior y, si es necesario, se le facilitará el acceso abriéndoles el pañal. Se trata, en definitiva, de facilitarles un contexto adecuado, para que no lo hagan en cualquier lugar y encima sin alcanzar la satisfacción que buscaban», diferencia Moreno.

Otro perfil será el de aquellas personas que no manifiestan su deseo sexual de manera tan impulsiva y gocen de una capacidad cognitiva mediana. Para ellos, como para los anteriores aunque en un estadio superior, también se les facilitará un espacio digno y se les dará la formación que precisen.

Será para un tercer grupo de usuarios, aquellos con mayor nivel cognitivo, con necesidades sexuales más completas y complejas, para los que se contempla la figura de un asistente sexual.

«Con ellos habrá una formación más avanzada, se les ofrecerá la posibilidad de realizar talleres de sensorialidad con los que podrán conocer mejor su propia erótica», diferencia esta responsable.

Plataforma de citas

«También contemplamos hacer quedadas con otras entidades sociales como Asnimo o Amadiba para que puedan ampliar sus redes sociales, puedan conocer a alguien que les resulte interesante. Y crear una especie de plataforma de citas mediante Facebook o Whatsapp, para crear grupos en los que ellos puedan quedar para tomar algo, ir al cine o lo que quieran», continúa Moreno que recalca que este grupo, a diferencia de los dos anteriores, «tiene la capacidad de consentir relaciones sexuales y están preparados a nivel intelectual para mantenerlas».

Estas personas, pese a su idoneidad intelectual, pueden tener problemas para llevar una vida sexual satisfactoria, por lo que desde Aspace han contemplado la posibilidad de que cuenten con la ayuda de un asistente sexual.

Pero han establecido unos límites. En primer lugar, que el usuario no tendrá acceso al cuerpo del asistente ni éste al del usuario. «Las manos del asistente serán la única parte de su anatomía que entrará en contacto con el usuario. Le ayudará a acceder a aquellas partes de su cuerpo que para él son inaccesibles y para que pueda descubrir su propia erótica», quiere dejar bien claro Moreno.

Diferencia la directora asistencial de Aspace este proyecto del que lleva años desarrollando en Barcelona Tandem Team, una organización que propicia encuentros entre personas con algún tipo de discapacidad física y asistentes sexuales. Unos encuentros en los que ambas partes deciden hasta dónde va a llegar su relación sin ningún tipo de condicionante previo y pudiéndose llegar a mantener relaciones sexuales completas.

«En nuestro caso, el asistente no podrá mantener relaciones sexuales con el usuario. Pero sí le podrá ayudar a desarrollar fantasías sexuales de las que carece o que están constreñidas por su limitada experiencia. O ayudar a un usuario con pareja a colocarse o, simplemente, facilitar que dos personas con movilidad reducida pueden tocarse«, diferencia.

A partir de diciembre comenzarán a realizar la selección del personal que quiera desarrollar este trabajo y que, recalca Macu Moreno, «tendrá que tener formación en el ámbito social o sanitario. Además, les formaremos internamente sobre las peculiariades de la parálisis cerebral».
Para evitar equívocos, el asistente sexual nunca podrá ejercer como asistente personal –aquellos trabajadores que sacan a pasear, al cine o a tomar algo a estas personas–. Y las remuneraciones de ambos serán similares, añade.

De los aproximadamente doscientos usuarios actuales de Aspace, tan solo unos veinte reunirían las condiciones para contar con la ayuda de un asistente sexual, calcula la responsable asistencial que a continuación acota aún más la cifra: «Y de ellos, unos ocho han manifestado querer tenerlo».

Moreno señala que a partir de enero comenzarán a formar a usuarios y familias –»siempre conviene ir de mano de las familias y esta figura requiere de un trabajo previo con ellas», recalca– y concluye recordando que los usuarios que tengan esta asistencia tienen la «capacidad de consentir relaciones sexuales y discriminar lo que es un abuso sexual. Tienen toda la información sobre el hecho sexual y conocen los riesgos y beneficios de las relaciones sexuales«.

 

 

Original.

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