¿Se puede detectar tempranamente el Autismo de forma eficaz?

autismo

Aunque los primeros signos del autismo pueden aparecer muy tempranamente, el diagnóstico del mismo suele tardar en producirse, ya que depende de la observación.

Esto es sin duda una desventaja, tanto para el paciente autista como sus padres, ya que cuando antes se detecte, antes se puede iniciar la intervención terapéutica para compensar los “desfases” que este trastorno produce en el desarrollo del menor, especialmente en el área de la comunicación.

Sabiendo que cuanto más tiempo pase sin que el pequeño/a esté sin diagnosticar ni tratar, mayores serán las dificultades que muestren y con ello más difícil el trabajo terapéutico posterior.

Y por el contrario, los estudios recientes informan de los enormes beneficios en el desarrollo de los pequeños cuando estos han sido diagnosticados y tratados en los dos primeros años de vida.

Una observación que debe de ser llevada por expertos entrenados, lo que dificulta la labor de poder ver al pequeño durante mucho tiempo antes de poder establecer el diagnóstico certero.

Algunos autores como Zwaigenbaum, señalan que se puede evidenciar el autismo, ya desde el primer año de vida.
A ello unido que en los últimos año se ha hecho un esfuerzo tecnológico por desarrollar programas que rastrean determinados patrones, característicos en este caso del autismo, para facilitar la labor del experto a la hora de identificar comportamientos y con ello mejorar el diagnostico.

Entonces, ¿Se puede juntar ambas vías, el de la detección temprana con el de la identificación mediante software específico de imágenes grabadas de los pequeños (vídeos caseros)?

Esto es precisamente lo que tratan de averiguar desde la Universidad de Duke, la Universidad de Minnesota (USA) y la Universidad de Campinas (Brasil) publicado recientemente en Autism Research and Treatment.

Para ello han desarrollado un programa, que busca rasgos más característicos del autismo en edades tempranas, seleccionando los momentos en que aparecen estos en las imágenes, para que basado en ello, el experto pueda dar con un diagnóstico más acertado, pero sobre todo antes.

Por tanto el programa en sí, no establece el diagnóstico, pero sí extrae las secuencias “significativas” que debe de revisar el experto para poder basar su diagnóstico.

Para probar la eficacia del programa han empleado una escala estandarizada de observación de autismo en bebés (AOSI) junto con el programa que analiza distintas características faciales de los pequeños, en concreto analiza la capacidad de atender a dos estímulos, primero uno y luego otro, y el rastreo del movimiento de objetos en un movimiento lateral.

En el estudio participaron 12 pequeños, de entre 5 y 18 meses; estos pequeños tenían hermanos/as con diagnostico de trastorno de espectro de autismo, por lo que estaban en la población de alto riesgo de padecer ellos mismos autismo.

Se realizó una evaluación clínica por parte de dos psiquiatras, que conformarían el grupo de expertos; en el grupo de los inexpertos entrenados, participaron dos estudiantes.

Se compararon los resultados de los expertos clínicos, frente a los inexpertos, y ambos frente al visionado por parte de un experto de los fragmentos seleccionados por el software.

Además de la eficacia demostrada tanto sobre el grupo de expertos como en el inexpertos entrenados, los investigadores defienden el bajo coste de su producto final, con lo que facilitará en breve poder extenderse a todos los centros especializados que así lo soliciten, que bajo la supervisión de un experto entrenado, facilite el diagnóstico de autismo de una forma más temprana y confiable, con lo que poder iniciar el tratamiento oportuno.

Aunque tal y como los autores matizan, este es el primer resultado, y debe de ser validado por nuevos estudios, antes de poder concluir sobre la utilidad clínica del empleo de éste software de bajo coste que permitirá un diagnostico temprano del autismo.

 

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