Buenos Aires, Argentina. – El sismo del 7 de septiembre de 2004 marcó un antes y un después para las personas sordas. Desde ese día, el local escolar de la Escuela Especial N° 31 para Sordos «Luisa María Sesín”, que funcionaba en San Martín 181, debió ser clausurado, debido a los serios daños que el fenómeno telúrico había causado. Ya pasaron casi 10 años y actualmente la escuela funciona en un edificio alquilado, sobre calle Salta 317. Las falencias de este edificio son muchas, al igual que las necesidades y la comunidad sorda hizo «oír su voz para que de una vez se cumplan las promesas».
El pasado 15 de agosto, un grupo de estudiantes de este establecimiento participó en la Audiencia Pública del NOA de la Defensoría del Público que se realizó en Catamarca, que fue sede del encuentro.
Ante más de 250 chicas y chicos (y también de adultos), que llegaron desde Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y La Rioja, las personas sordas manifestaron sus reclamos.
Aseguraron sentirse discriminados por la sociedad, que no les da una oportunidad para la inserción y, al mismo tiempo, pidieron por la construcción de un nuevo edificio, porque desde hace 10 años no tienen lugar propio.
La Escuela tiene una matrícula de 41 alumnos y 30 de ellos están integrados en escuelas convencionales. No obstante, asisten en contraturno como apoyo escolar. A clases van niños y niñas a partir de los 4 años.
En diálogo con El Ancasti, María Soledad Bulacia, directora de la Escuela «Luisa María Sesín”, contó que tras aquel sismo, en los primeros meses deambularon por las casas de docentes y de un salón parroquial; luego el Ministerio de Educación alquiló una casa, sobre Salta al 300.
En agosto de 2006 parte de la mampostería se derrumbó y así quedó en evidencia que en ese lugar, estudiantes y docentes estaban en peligro. Finalmente, el ministerio consiguió un nuevo lugar, casi en frente, donde la Escuela N° 31 funciona desde entonces.
La directora admitió que si bien el establecimiento es amplio, a comparación de los otros lugares donde anteriormente habían estado, se trata de una casona antigua, casi obsoleta, con múltiples falencias.
Se debe cambiar el cableado -porque las llaves de luz se bajan con frecuencia y algunas paredes están electrificadas-, hay filtraciones de agua y humedad en las paredes y los techos tienen goteras, entre algunos detalles. Aunque se realizaron distintos pedidos, no hubo respuesta porque, según explicó la docente, al ser un espacio alquilado (es decir, no es propio de la institución), representa una pérdida para el Ministerio. En este sentido, la directora debió escuchar como respuesta que esta escuela tiene pocos alumnos.
Las actuales condiciones del local escolar son un impedimento para ampliar la matrícula. La Escuela «María Luisa Sesín” es la única institución educativa en la Provincia destinada exclusivamente a la comunidad sorda. Las personas sordas del interior no pueden llegar a esta escuela.
Entre las necesidades para lograr la integración de las personas sordas, indicó la directora, lo más urgente es contar con una cabina libre de ruido para la estimulación y reeducación acústica -muchos chicos y chicas tienen implantes cocleares o audífonos-. En 2012, en un acto oficial se había hecho entrega de un aro magnético. Se trata de un equipo necesario que permite que las personas con audífonos escuchen sin interferencia, para la reeducación auditiva. Una vez terminado el acto, se retiró el equipo con la promesa de que a la semana lo devolverían. Desde entonces, docentes y alumnos de la escuela esperan por la devolución del aro magnético.
A la larga lista de problemas, se le suma que este año la escuela no recibió la partida para la caja chica. Por año, esta institución solía recibir dos o tres partidas, cada una de $3.500. Con este dinero, se cubrían las necesidades cotidianas.
Además, en esta escuela se dictan talleres de capacitación en carpintería y costura.
En 2011, se presentó un proyecto en el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), el cual fue aprobado. Si bien hace poco tiempo se logró la entrega de unas máquinas de coser y de herramientas para carpintería, aún queda pendiente la entrega de dos aires acondicionados.
