Tiene diez años y unos ojos azules que transmiten paz. Además, nunca le falta una sonrisa en su rostro. Estas cualidades hacen que se la diferencie del resto de modelos cuando se sube a una pasarela de moda infantil. Y sí Sofía tiene síndrome de Down.
Esta pequeña nació en 2010 como muchos niños, prematura. De hecho, en la semana 30 de embarazo dio una lección de supervivencia a sus padres.
Actuall depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo la cultura de la vida, la familia y las libertades.
Con apenas un kilogramo de peso y en una incubadora de la UCI, luchó con todas sus fuerzas para decir sí a la vida.
Fue en ese momento cuando sus padres escucharon por primera vez que su hija podría tener síndrome de Down.
Lo cuenta su madre, Patricia Giral (Madrid, 42), a Actuall: “Al llegar a la incubadora para ver a Sofía nos dijeron que nuestra pequeña estaba muy malita y que no sabían si saldría adelante. Tenía una hipertensión pulmonar debido a su prematuridad bastante acusada y que pensaban que tenía síndrome de Down”.
El Síndrome de Down se quedó en segundo plano
Sin embargo, para Patricia y su marido, Raúl, lo importante en ese momento es que su hija sobreviviera.
“Parece mentira, pero la palabra síndrome de Down pasó desapercibida. Yo sólo quería que saliera adelante. Lloré desconsoladamente pidiendo que por favor la salvaran, que hicieran todo lo posible. Esos días en la que estaba tan mala, ni mi marido ni yo hablamos de que pudiera tener Síndrome de Down, porque sólo nos preocupaba su estado de salud“, se emociona.
El sufrimiento vivido durante ese tiempo, fortaleció la unión entre los tres
Finalmente, dos meses después Patricia y Raúl salieron del hospital con Sofía recuperada, entre sus brazos, y dispuestos a disfrutar de su pequeña. El sufrimiento vivido durante ese tiempo, fortaleció la unión entre los tres.
“Nunca imaginas que el nacimiento de tu hijo puede ser así. Pero, creo que después de pasar por todos esos momentos, hizo que nuestro amor por nuestra hija creciera más si cabe, por lo que enfrentarnos a su diagnóstico no nos daba miedo”, explica orgullosa.
Continúas visitas a especialistas durante su primer año de vida
Los comienzos como en todo nunca son fáciles y, menos aún para unos padres primerizos, pero esta pareja madrileña lo superó y con nota.
A las inseguridades y noches en vela tenían que sumar las continuas revisiones médicas, sobre todo durante el primer año de vida, donde Sofía tenía que acudir a terapias de rehabilitación, de estimulación temprana, etc.
“Tener una hija con Síndrome de Down te enseña a vivir cada minuto de tu hijo y cada avance como una verdadera fiesta”
“Cuando nos fuimos a casa descubrí una maternidad intensa y maravillosa… tuvimos que aprender terapias, conocer otra realidad, otras familias” explica la madre.
Se topaban con un mundo completamente desconocido para ella: el de la discapacidad.
Patricia califica a ese mundo como “un mundo de agradecimiento, de valoración y de disfrutar cada momento que se nos presenta. Pero sobre todo te enseña a vivir cada minuto de tu hijo y cada avance como una verdadera fiesta”.
La importancia de la familia
Era una familia con tantas ganas de dar amor que pronto creció con la llegada de otro hermanito, Luis. Veinte meses después de la llegada de Sofía nació el pequeño.
“Muchas veces me preguntaron cómo afronté el embarazo de Luis después de lo ocurrido con Sofía y si tenía miedo a que también tuviera síndrome de Down. Pero no, eso no se me pasó por la cabeza, tenía mucho más miedo a que fuera prematuro”, admite Patricia.
A pesar de su corta edad, Sofía es responsable, detallista y reparte luz allá donde va. Y lo más importante de todo demuestra que los niños con síndrome de Down pueden hacer todo tipo de cosas, sin esconderse, e incluso pueden ser el centro de las miradas en una pasarela de moda.
La Petite Fashion Week ha contado con ella como modelo para la colección de N+V Villalobos y Nieves Álvarez durante los tres últimos años
La pequeña comenzó haciéndose fotografías para un catálogo de ropa para unos grandes almacenes. Y, ahora, lleva su brillo a las pasarelas infantiles.
La Petite Fashion Week ha contado con ella como modelo para la colección de N+V Villalobos y Nieves Álvarez durante los tres últimos años.
Cuando desfila, camina segura, al ritmo de la música, lidiando con los flashes y los asistentes. Es decir, como una auténtica modelo. Demostrando así que la discapacidad también puede romper barreras.
“En Garrigou han apostado por dar visibilidad y plena integración a las personas con Síndrome de Down”
Garrigou: una fundación para dar oportunidades
Precisamente por el desconocimiento que había en la sociedad en cuanto este tipo de niños, Patricia recurrió a la Fundación Garrigou, a la que lleva ligada cinco años y de la que se siente muy orgullosa por la labor que llevan a cabo.
La Fundación Mauricio Garrigou nació en julio de 2012 para dar a los niños y jóvenes con capacidades diferentes una educación de máxima calidad, atendiendo a sus necesidades específicas y utilizando los métodos educativos más vanguardistas y mejor adaptados a la singularidad de cada uno.
“Quise participar con las fundaciones de forma voluntaria para dar visibilidad a estas personas, y que verdaderamente se les conozca y conseguir una mayor participación en la sociedad que por derecho propio les pertenece. Así conocí a la Fundación Garrigou, de la que formo parte de su patronato”, señala.
Y concluye: “Allí hemos apostado por su visibilidad y su plena integración, apoyando con las mejores herramientas para que obtengan una educación de calidad y conseguir la mayor autonomía posible. Y así fue como Sofía se inició en el mundo de la publicidad y las pasarelas de moda infantil. Llamar a la puerta a las empresas de moda infantil y hacerles ver lo enriquecedor de dar visibilidad a otras capacidades”.
