Resonancia magnética, clave para detectar la esclerosis múltiple

Esclerosis múltiple.

La resonancia magnética permite en la actualidad un nuevo abordaje para el tratamiento de la esclerosis múltiple (EM), enfermedad que en la Argentina duplicó su cantidad de casos y afecta a unas 15 mil personas.

El nuevo abordaje de la esclerosis múltiple consiste en detectar la enfermedad mucho antes que hace unas décadas: se demoraba en promedio hasta siete años en el diagnóstico y hoy sólo de seis a siete meses.

Además, las nuevas resonancias magnéticas permiten un monitoreo mucho más confiable, que brinda la posibilidad de detectar lesiones cerebrales antes de que generen episodios que ocasionen discapacidad.

Este tema fue debatido en profundidad en el Charcot Latam 2015, un evento científico de primerísimo nivel internacional organizado por el Centro de Esclerosis Múltiple de Buenos Aires (Cemba), llevado a cabo en esa ciudad el 23 y 24 de octubre, que reunió a 150 especialistas de ocho países latinoamericanos y a los siete mayores exponentes europeos de la disciplina, que se reunieron a compartir los últimos avances en el tema.

«La reducción del tiempo de diagnóstico de siete años a seis meses se explica porque hoy la comunidad médica está mucho más alerta y más capacitada», afirmó Oscar Fernández, médico neurólogo, jefe del Servicio de Neurología en el Hospital Regional de Málaga, España, que viajó invitado a nuestro país para disertar en el Charcot Latam 2015.

Por su parte, el médico neurólogo Edgardo Cristiano, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Buenos Aires (Cemba), que funciona en el Servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires, afirmó que «esta enfermedad tiene distintas maneras de manifestarse». En ese sentido, Cristiano comentó que «algunos pacientes pierden la visión en uno de sus ojos, pero el cuadro a veces se revierte inclusive antes de que visiten al oculista».

«También ocasiona, por ejemplo, hormigueo o entumecimiento de una mano, y quizás uno no hace una consulta médica por eso. El gran desafío es que el médico de cabecera esté atento, pueda ver el cuadro en su conjunto y sospeche la posibilidad de estar ante un caso de esclerosis múltiple para derivar al paciente a un neurólogo, quien se encargará de confirmar o descartar el diagnóstico. Es muy importante que esto ocurra antes de que la enfermedad ocasione más daño», agregó.

A su vez, Liliana Patrucco, médica neuróloga y codirectora del Cemba, indicó que «es fundamental la capacitación del profesional al momento de diagnosticar» y señaló que «a nivel local tratamos de actuar en todos los niveles de formación médica porque 30 años atrás se consideraba a la esclerosis múltiple como una enfermedad exótica, pero esta afección es mucho más frecuente de lo que se creía». «En el caso de los médicos generalistas o de familia, existe la chance de que en toda su vida profesional sólo vean uno o dos pacientes con EM, por eso su habilidad para identificar el cuadro debe estar sumamente desarrollada», refirió Patrucco.

Cristiano explicó que «esta enfermedad se diagnostica fundamentalmente en mujeres jóvenes, en edad fértil, que se encuentran estudiando una carrera, en plena actividad laboral y/o formando una familia».

«Si no es tratada correctamente, va progresivamente causando discapacidades irreversibles que impactan muy desfavorablemente en su calidad de vida. Además, reduce la expectativa de vida en unos 10 a 12 años. Por eso es tan necesario diagnosticar a tiempo y tratar cada cuadro en forma eficaz», dijo.

En la actualidad, la precisión de la aparatología y los programas para la realización de resonancias magnéticas permiten evaluar de una forma mucho más confiable el deterioro precoz que esta enfermedad produce, inclusive cuando no ha arrojado aún manifestaciones clínicas. Es posible identificar pequeñas lesiones mucho antes de que produzcan un brote. Por lo tanto, el médico tratante puede realizar rápidos ajustes al tratamiento que está recibiendo el paciente para intentar prevenir los episodios que pueden dejar secuelas.

Giancarlo Comi, neurólogo italiano presidente de la European Charcot Foundation, hizo hincapié en la utilidad de las herramientas de monitoreo: «Ahora que tenemos mejores resonancias magnéticas, podemos ver qué sucede en el cerebro. Identificar una lesión nueva es una mala noticia, pero -por otra parte- es buena, dado que nos permite saber que la enfermedad está actuando y podemos obrar en consecuencia a tiempo», subrayó.

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