Para las mujeres latinas, la comida es nuestro reino, mediante el alimento le decimos a nuestra familia y amigos lo mucho que los queremos, la familia más humilde siempre ofrecerá sus alimentos sin pensarlo, pasamos largas horas en la cocina preparando comida para todas y cada una de las muchas celebraciones familiares y religiosas y tradicionales que en nuestros respectivos países tenemos y si alguien no se come lo que le damos, lo tomamos como ofensa personal que solo se resuelve cuando se lo come, nos dice que le gusta y pide más.
- La comida para nosotros, como para muchas otras culturas, es algo serio y hasta sagrado, agradecemos antes de comerlos y siempre pedimos porque a nuestros seres amados nunca les falte, nadie puede salir de nuestro hogar sin haber probado aunque sea «un taquito»
- Si nuestros hijos comen, nos sentimos muy felices pero si come poco o deja de comer, el mundo se acaba para nosotras.
- Te platico todo esto porque culturalmente y en nuestras costumbres comer es mucho muy importante pero a veces estas ideas nos nublan la visión y no nos permiten ver con claridad algunas cosas y nos angustiamos terriblemente cuando el niño no quiere comer cuando puede ser algo normal y hasta sano pero cuando no lo podemos ver y aceptar, podemos inclusive estar favoreciendo la obesidad infantil.
- La Guía infantil nos recuerda que antes de estresarnos y retacar a nuestro hijo con comida, respiremos y consideremos que nuestro hijo no quiere comer o ha perdido el apetito por alguna de estas tres razones:
-
Hemos estado fallando en fomentar su apetito
- Dicen que la comida primero entra por nuestros ojos luego por nuestro por olfato y al final por nuestra boca, así que permite que tu hijo use su plato favorito, el vaso con su súper héroe y busca que su comida sea vistosa y atractiva. Permitir que él también contribuya en la preparación de la comida.
-
No hemos respetado su ciclo natural de hambre – saciedad
- Pasa muy frecuente que el niño come demasiado, tiene poca actividad y todavía no tiene hambre cuando ya le estamos dando nuevamente de comer. Esta es la fórmula perfecta para la obesidad. Todos nosotros deberíamos aprender a comer solo cuando tenemos hambre y a parar cuando nos hemos saciado.
-
No tiene mucho desgaste energético
- Si no tiene actividades físicas, lo más probable es que no tenga mucho desgaste energético y por lo tanto su cuerpo no pedirá alimento.
- Ahora te presento algunas recomendaciones que puedes probar y que seguramente alguna puede funcionar para que tus hijos se alimenten apropiadamente:
-
Nunca debes de obligar a comer a un niño
- Es mejor que le sirvas pequeñas porciones y le invites a solicitar más cuando quiera a hacer lo contrario, servirle mucho y obligarlo a comerse todo.
-
Establece rutinas y horarios para comer
- El cuerpo lo agradece mucho.
-
Reúne a la familia para comer por lo menos una vez al día
- Comer con alguien más siempre nos abre el apetito y disfrutamos de compartir y platicar.
-
Siempre busca que tu familia pruebe nuevos alimentos
- Una nueva fruta, una verdura diferente, las nuevas recetas le ayudarán a tu hijo la experiencia de conocer poco a poco y en la confianza de la familia cosas nuevas.
-
Evita que el niño coma entre comidas por una semana
- y observa a qué hora comienza a darle hambre, entonces prepara bocadillos saludables para que en la siguiente semana los consuma, luego observa otra semana más y verifica que esté tomando sus comidas a tiempo y despreocúpate.
-
Nunca sobornes a tus hijos para comer o con comida
- Otra fórmula de éxito para la obesidad.
-
La comida debe relacionarse a la felicidad, el amor y la
- alegría por lo tanto no griten ni se peleen a la hora de la comida, busca que se aun momento agradable y tranquilo para todos.
-
¡Buen provecho!
(Visited 13 times, 1 visits today)