“Por si mañana”: la carta de un enfermo de Alzheimer a su mujer

Anciana con Alzheimer.

Cada año, y con motivo del día mundial del alzhéimer, se celebran múltiples conferencias y actos públicos con la finalidad de informar un poco más a la población sobre esta dura enfermedad.

Podríamos decir casi sin equivocarnos que es una de las dolencias más devastadoras, tanto para los pacientes como para los familiares. El olvido progresivo al que nos aboca el alzhéimer hace que se desdibuje nuestra identidad, nuestras raíces e incluso el propio presente que nos envuelve.

Desde la Asociación Mundial de Medicina Genómica nos indican que casi el 70% de los enfermos de alzhéimer no responde a la medicación.

Se necesitan más investigaciones, más medios y recursos para que los genetistas no solo frenen su avance una vez se diagnostica la enfermedad. Se necesita también poder prevenirla, ahondar en nuestros propios genes y detener ese fallo que, a día de hoy, aún se desconoce.

Desde nuestro espacio queremos invitarte a conocer un poco más cómo es el alzhéimer. Si en tu familia tienes a alguien con este diagnóstico, estamos seguros de que sabrás cuál es esa área que el olvido no parece querer llevarse: las emociones.

La importancia de los programas preventivos en el alzhéimer

Cuando el olvido no puede borrar las emociones

La forma más eficaz para evitar la enfermedad de Alzheimer sería retrasar su aparición a través de programas preventivos. Si bien es cierto que esta medida aún no existe, a día de hoy hay muchas dimensiones que los especialistas tienen claro:

  • A partir de los 30 años el cerebro deja de tener tanta plasticidad como en los años de esa primera infancia y juventud. Se inicia una lenta destrucción neuronal que, por supuesto, siempre puede equilibrarse con adecuados hábitos de vida.
  • El genoma humano tiene más de 600 genes identificados. Uno de ellos hará que vayamos desarrollando la enfermedad de Alzheimer de una forma lenta, silenciosa y progresiva hasta que, llegada una edad avanzada, aparezcan los primeros síntomas.
  • El cerebro de una persona aquejada de alzhéimer sufre problemas entre la conectividad anatómica y funcional de las diferentes estructuras cerebrales. Además, se pierde también la acetilcolina, una sustancia permite que las células nerviosas poder comunicarse entre ellas.
  • Los primeros síntomas suelen aparecer entre los 65 y 70 años.
  • Se percibe una dificultad evidente para retener información nueva, se sufren pequeñas desorientaciones, lapsus, pérdida de agilidad en el vocabulario…
  • Los expertos recomiendan siempre los tratamientos individualizados. Ningún paciente de alzhéimer es igual, de ahí que el tratamiento terapéutico y farmacológico deba ser el adecuado para cada persona.

El poder de las emociones en el alzhéimer

Hay algo que debemos tener muy claro. Si un cuidador trata mal a un paciente de alzhéimer, este no recordará su visita, ni lo que le hizo. Ahora bien, ese gesto inadecuado, esas palabras o trato ejercerá un impacto importante sobre la persona.

¿La razón? El alzhéimer puede hacer que olvidemos el nombre de nuestros hijos, el día en que nos encontramos, si hemos acabado de comer o si somos jóvenes o ancianos, pero los momentos felices siguen guardándose. Y más aún, las personas afectadas reaccionan a los estímulos positivos.

  • Si cometemos el error de gritarles, o hacer algo que les haga sentirse tristes, ese sentimiento permanecerá en ellos mucho tiempo. Son muy sensibles a ese tipo de emociones, de ahí la necesidad de utilizar siempre un lenguaje positivo, o valernos del poder de las caricias o los abrazos.
  • Los pacientes con alzhéimer reaccionan de forma asombrosa a la música, a las canciones. Despierta un área cerebral vinculada directamente con las emociones, consiguiendo que se abran de nuevo al mundo. Resulta muy positivo.
  • La vida emocional de un paciente con alzhéimer está siempre viva. Su memoria ha ido “deshilachándose”, pero el maravilloso poder de las emociones sigue intacto.

Los especialistas nos recomiendan algo muy importante. Si un familiar con alzhéimer nos indica, por ejemplo, que va a ver a su madre, no debemos cometer el error de decirles: “¡Pero si lleva 50 años muerta! ¿Es que no te acuerdas?”

De hacerlo, la persona volverá a sufrir un impacto emocional innecesario. Debemos evitar ocasionarles sufrimientos añadidos.

alzheimer (2)

Carta de un enfermo de alzhéimer a su mujer

Esta carta fue escrita en 2014 y, a pesar de que fue redactada por un periodista para un concurso literario, se convirtió en algo viral en las redes sociales porque muchos pacientes de Alzheimer en sus primeras fases se identificaron.

Un aspecto que no podemos olvidar es la dureza de la experiencia que deben atravesar todas esas personas que reciben el diagnóstico de esta enfermedad.

Saber que los días van a ir en su contra, que el olvido será inevitable es algo que nos obliga a reflexionar sobre la importancia de valorar todo lo que tenemos ahora. Recordar a quien amamos, y por qué. Esta sencilla carta nos lo recuerda.

Querida Julia:
Te escribo ahora, mientras duermes, por si mañana ya no fuera yo el que amanece a tu lado.
En estos viajes de ida y vuelta cada vez paso más tiempo al otro lado y en uno de ellos, ¿quién sabe? Temo que ya no habrá regreso.
Por si mañana ya no soy capaz de entender esto que me ocurre. Por si mañana ya no puedo decirte cómo admiro y valoro tu entereza, este empeño tuyo por estar a mi lado, tratando de hacerme feliz a pesar de todo, como siempre.
Por si mañana ya no fuera consciente de lo que haces. Cuando colocas papelitos en cada puerta para que no confunda la cocina con el baño; cuando consigues que acabemos riéndonos después de ponerme los zapatos sin calcetines; cuando te empeñas en mantener viva la conversación aunque yo me pierda en cada frase; cuando te acercas disimuladamente y me susurras al oído el nombre de uno de nuestros nietos; cuando respondes con ternura a estos arranques míos de ira que me asaltan, como si algo en mi interior se rebelase contra este destino que me atrapa.
Por esas y por tantas cosas. Por si mañana no recuerdo tu nombre, o el mío.
Por si mañana ya no pudiera darte las gracias. Por si mañana, Julia, no fuera capaz de decirte, aunque sea una última vez, que te quiero.
Tuyo siempre
T.A.M.R.

 

Original.

(Visited 6 times, 2 visits today)

Etiquetas ,