Nuestra particular carrera de fondo con la esclerosis múltiple

Silla de ruedas.

Es casi imposible estar al pie del cañón siempre. A veces, todo lo que sube, tiene que bajar, aunque sea un poco. En ocasiones, hay que tirar la toalla, para darte la vuelta y volver a recogerla después. No digo que te rindas, pero hay temporadas en las que necesitas evadirte, respirar, reflexionar para regresar con más fuerza. Es algo normal, a todos nos pasa.

Convivir con una enfermedad, tan caprichosa, tan inesperada, que lo mismo te hace estar en la cresta de la ola, como a las semanas siguientes te hace sentir como la persona más infeliz, desgasta. Y mucho. Te hace recorrer un camino lleno de cuestas, montañas y obstáculos, en los que más tarde o más temprano tendrás que sortearlos para seguir hacia delante. Porque eso es lo que todos queremos, continuar y seguir progresando.

Toda nuestra vida se convierte en una carrera de fondo, en donde lo importante no es llegar primero, sino, simplemente llegar a meta, a nuestro objetivo, con eso, nos conformamos. Y como en todas las carreras, no siempre te encuentras de la misma manera. Habrá tramos en los que vayas más rápido, otros, más despacio. No en todos los momentos te encuentras bien, ni siempre te encuentras mal, incluso tu estado de ánimo va cambiando conforme vas avanzando, según te vas dando cuenta, que llegar a tu objetivo es posible.Para todos los que se han sentido así alguna vez, sí, a mí también me pasa. Cuando parece que todo está contra ti, que no estás avanzando tanto como quisieras, que las cosas no salen como te hubiese gustado, siempre hay una fuerza interior que te da fuerzas, y que cree en ti para dar un paso más.

 

 

Original. 

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