Niños con síndrome de Down estudian filosofía

Niños con síndrome de Down estudian filosofía

Las vidas de Daniel Marín y Carlos Alberto Ducambiaron por completo hace un año. El primero, de 24 años, tiene síndrome de Down y el segundo, de 51, tiene parálisis cerebral leve desde los seis años.

Ellos aprendieron a conocerse y conocer el mundo con Natalia Marín, una estudiante de Licenciatura en Filosofía y Letras, de la Universidad de Caldas, que emprendió la tarea de enseñarles, a través de actividades artísticas, la filosofía de lo cotidiano.

El Taller ‘Enseñemos a los demás cómo vemos el mundo’ es un proyecto que Marín comenzó en el 2013, luego de realizar pruebas piloto con su hermano Daniel. Más adelante, la idea se convirtió en el espacio en el que jóvenes con necesidades educativas especiales utilizaron la pintura, la escultura, la danza, el teatro y la música como herramienta de inclusión social.

“La idea surgió de un asunto familiar, del trabajo con mi hermano al notar que con las habilidades histriónicas con las que ellos cuentan, los podía acercar a procesos de argumentación y pensamiento lógico gracias a la literatura y la filosofía”, comentó Marín.

Ella aplica métodos filosóficos a los 36 jóvenes que participan en los talleres, como por ejemplo, secuencias lógicas simples, trabajadas con dibujos, para explicarles el concepto del yo a partir del reconocimiento de la autoimagen. Y también les enseña a expresar sus emociones a partir de experiencias de interacción con animales, y el concepto de realidad, conociendo el planeta y el cuidado del medio ambiente.

Niños con síndrome de Down estudian filosofía
Los estudiantes aprenden filosofía con manualidades y el contacto con la naturaleza.

La idea, dice Marín, es darle continuidad al proyecto con la vinculación de otras áreas de conocimiento como matemáticas, química o historia, con procesos que lleven a cabo personas como ella, interesados en la inmersión a la cotidianidad de jóvenes con síndrome de Down, retardo mental o parálisis cerebral leve.

“Este es un campo muy amplio que se puede explorar para darles oportunidades desde la diversidad en una sociedad pluricultural como la nuestra; además, el arte se convierte en el canal emancipador que nos sirve para exteriorizar muchos sentimientos” dijo la coordinadora del proyecto.

Hasta ahora, la Asociación Síndrome de Down, Asodown y la Asociación Asoprecales de Manizales son las entidades que participan en las actividades. En un año se espera incorporar a 50 jóvenes y adultos entre los 15 y 60 años con el apoyo de la Alcaldía.

“Las madres y familiares estamos pendientes de que sus vidas se desenvuelvan naturalmente, ellos son un encanto y son felices con las actividades que hacen diariamente en todos los espacios en los que los incluimos, se sienten útiles y capaces”, señaló Amparo, hermana de Carlos Alberto Duque.

“Estos chicos son capaces de construir sociedad y cultura, son capaces de aportar, y si los educamos para que cooperen y actúen socialmente como cualquiera de nosotros, van a poder lograr cosas muy valiosas”, resaltó Marín.

 

 

 

 

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