Menús para ciegos en Puerto Rico

Natalie Aldahondo Matos

Estamos acostumbrados a acercarnos al mundo tomando en cuenta nuestras necesidades. Damos por sentada nuestra capacidad de ver, caminar, oler y sentir. Comúnmente, no es hasta que tenemos contacto cercano con alguien diferente que entendemos las  dificultades que enfrentan otros para hacer lo que nos resulta común. Llegar a un restaurante, pedir un menú y leerlo antes de ordenar es una de esas cosas.

Cuando Natalie Aldahondo Matos fue a comer a un restaurante con su primo y la esposa ciega de este, se dio cuenta de que si él no estuviera a su lado, ella tendría que depender de un mesero u otro empleado para poder comer.

“Me puse en sus zapatos”, recuerda la joven de 18 años, recién graduada del Instituto Modelo de Enseñanza Individualizada en Río Piedras.

Esa vivencia regresó a su mente al pensar en la iniciativa de servicio comunitario que escogería para participar del Proyecto Medalla de Honor de las Girls Scouts.  Este es el logro más importante que puede obtener una participante del grupo. Para ganarlo, debe proponer  solución  a  un problema de su comunidad.

La propuesta de Natalie resuelve un asunto sencillo pero muy significativo para la población ciega: facilitar su independencia.

Los primeros pasos  para poner en marcha su proyecto fueron entrevistar a la esposa de su primo, Sylvia Aponte, y dar una visita al Centro de Educación de Ciegos e Impedios de Puerto Rico. Allí conoció a Gabriel Olivo, ayudante de la propietaria, Ana María Márquez, y encargado de leer todos los textos que son hechos en Braille antes de su publicación.

Las conversaciones sirvieron para conocer muchas de las necesidades que tienen las persona que no pueden ver. Entre ellas, aceras libres y en buenas condiciones para caminar junto a su perro guía o acompañante, rotulación Braille en los supermercados y que los formularios y documentos en aviones, hoteles, restaurantes  y productos de uso común (champú, acondicionador y jabón) también estén impresos o tengan etiquetas en Braille para que ellos puedan leerlos e identificarlos.

Natalie Aldahondo Matos
Natalie Aldahondo Matos

En muchos países de Asia, Europa y algunos estados de Estados Unidos estas medidas se han tomado como parte las políticas para contribuir a la calidad de vida de los ciegos. En Puerto Rico, existen muy pocas inciativas que atiendan las   necesidades y derechos de los  159,000 ciegos que viven aquí según el Censo de 2010.

Natalie llevó su idea de un menú en Braille al dueño de la cadena de pizzerías Faccio Pizza, Gilberto Faccio, y de inmediato consiguió su respaldo. También apoyó la iniciativa Martín Cerame, dueño de Margaritas y Tierra del Fuego. La cadena de El Mesón se unirá próximamente a este grupo de restaurantes.  “Es bien lindo apoyar a las personas que tienen algún impedimento”, asegura Natalie.

 

Aunque ya ganó su medalla, la joven abrió una página en Facebook (No veo pero estoy aquí) para continuar regando la voz sobre las necesidades de los ciegos y poder ampliar el ofrecimiento del menú en Braille a todos los restaurantes de la Isla.

A principios de junio, Natalie tuvo la oportunidad de presenciar el estreno del menú en Braille en Faccio y se emocionó muchísimo.  “Me da mucha alegría”, asegura quien además realizó 80 horas de trabajo comunitario para ganar su medalla, incluyendo charlas en escuelas y la elaboración de un folleto con información útil acerca del trato que deben recibir los ciegos.  Esta experiencia sirvió para confirmarle que hay mucha gente en el mundo que necesita ayuda y cada esfuerzo para hacerles la vida más fácil, cuenta.

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