María Gabriela es una mamá con síndrome de Down

Padre y su hija en los brazos

Una casa de piedra construida hace 50 años en el municipio brasileño de Socorro, en el estado de Sao Paulo. Comparten espacio con los otros dos hijos mayores de la abuela, el guardarropas de la casa está lleno de muñecas Barbie, hay posters colgados de Dora la Exploradora, fotos de Gabriela y Valentina y, en grande, esta imagen familiar.

En todo el mundo hay unos 50 casos documentados de mujeres con síndrome de Down que hayan dado a luz. En España no se ha dado ningún caso. “Los hombres con Down tienden a ser estériles y la probabilidad de las mujeres de quedarse embarazadas es del 50%. Las posibilidades de que estas personas tengan un hijo con discapacidad están entre un 25% y un 50%, dependiendo de las características genéticas de cada individuo”, explica Agustín Matía, gerente de la Federación Española de síndrome de Down.

valentina1x

 

Ambos se conocieron siendo niños en la escuela de la Asociación de Padres y Amigos de Niños Excepcionales (APAE). Se empezaron a gustar desde el principio, pero Fabio se cambió de escuela durante unos años y, cuando volvió, su antiguo amor de la infancia estaba saliendo con otro chico, Erik, también con síndrome de Down. Fabio no se rindió y luchó hasta reconquistar a Gabriela: le regalaba continuamente cajas con sus caramelos favoritos.

Desde entonces no se han separado ni un momento. Los padres de ambos pusieron una cama de más en su casa porque no podían dormir separados. Tanto ellos como sus familias y los médicos creían que Gabriela nunca se podría quedar embarazada, pero estaban equivocados…

valentina2

 

Hace nueve años, Gabriela empezó a engordar. Su madre decía que era porque comía mucho, pero cuando sintieron que “el vientre le había lanzado un golpe” fueron al ginecólogo, quien les dijo que Gabriela estaba de seis meses. “Fue increíble, no nos lo podíamos creer. Mi hija llevó todo el proceso con mucha calma y estaba muy feliz. Y dos meses después ya tenía a mi nieta”, recuerda Laurinda.

Valentina nació un mes antes de lo previsto, sin heredar la discapacidad de su madre o de su padre. La alegría de la familia se vino abajo cuando la justicia brasileña negó la paternidad de la niña a Fabio porque consideraban que no tenía el raciocinio necesario para poder ejercer, pero tras varias semanas de lucha legal y mediática, la justicia cambió su dictamen.

“Ahora somos padres. Estamos muy felices y preparados para cuidar a nuestra pequeña”, dijo Fabio cuando fueron a registrar a su hija al Tribunal Civil de Sao Paulo. Un año después, en marzo de 2009, Gabriela y Fabio se casaron. Tras la boda, Gabriela se hizo una ligadura de trompas para no tener más hijos.

 

Original.

(Visited 29 times, 22 visits today)

Etiquetas ,