Era el año de 1988 cuando Zou Hongyan, una mujer de 29 años, dio a luz a su primer y único hijo, y por complicaciones durante el parto, recibió una triste noticia por parte de los médicos.
Su bebé quedó con parálisis cerebral de por vida, y los médicos no conformes con únicamente darle el diagnóstico, le recomendaron abandonarlo. Aunque ella rechazó la idea, su esposo sí por lo que se divorciaron.
Zou tuvo que criar sola a su pequeño Ding Ding, quien ahora tiene 29 años de edad y se ha convertido en su orgullo.
Los años no fueron nada fáciles para la mujer, ya que llegó a tener tres empleos a la vez para cubrir sus gastos y los tratamientos de su hijo.
Para lograr que su hijo se recupere pronto usaba juegos que propiciaban el desarrollo cerebral para estimular sus sentidos y que su inteligencia tuviera cimientos.
Veintinueve años han pasado de aquello y todo el esfuerzo dio frutos: Su hijo se graduó de la Universidad de Pekín en Ciencias Ambientales e Ingeniería y, recientemente, ha entrado como estudiante de Derecho en la prestigiosa Universidad de Harvard.
El joven dijo que ahora que vive en Estados Unidos extraña mucho a su mamá, quien se quedó viviendo en su natal Jingzhou, provincia de Hubei, China, y a quien el joven considera «su mentora espiritual».