La Asociación para Personas Sordas de Gran Canaria lleva muchos años integrada en la Isla, inmersa en la lucha para remover los obstáculos a los que se enfrentan sus asociados. No quieren sólo subvenciones, quieren más implicación de las administraciones para que se cumpla la ley. El colectivo denuncia que la mayoría de las veces todo se queda en buenas intenciones. Por este motivo, hacen talleres, exposiciones, cursos, para integrar a estas personas en todos los ámbitos: educativo, cultural, social o laboral. Que puedan interactuar en la sociedad sin depender de otras personas.
Los sordos quieren hacerse oír. La Asociación para Personas Sordas de Gran Canaria (ASLP) se considera abandonada y le reclama a la Consejería de Educación más medios para los discapacitados auditivos y que no tengan que volver a escuchar que se cumplen las ratios, cuando ellos tienen constancia que no es así.
Este colectivo denuncia que son «invisibles» para el resto de las personas. Aseguran que, incluso dentro del colectivo de discapacitados suelen ser apartados, «pues cuando se menciona discapacidad todos recuerdan silla de ruedas o bastón de ciegos, pero ¿cómo identificar a un sordo?». Un gran número de leyes les apoyan en sus reivindicaciones, pero en poco o nada les ayudan a solventar las barreras que hay para tener una educación digna y de calidad. «Sí que existen intérpretes de lengua de signo a partir de Secundaria, pero ¿y en pPrimaria que es cuando comienza a desarrollarse la mente de los niños? Estos sufren retraso educacional porque no tienen a quién preguntar las cosas y que se las explique con exactitud», explica Javier Pérez, presidente de ASLP.
Asegura que la base con la que estas personas llegan a la siguiente etapa educativa es deficiente. «Eso, si no deciden abandonar los estudios porque no aprenden y suspenden las asignaturas. En primaria debe haber modelos que enseñen al niño sordo la lengua de signos, pero la mayoría de las veces carecen de este recursos», remarca Pérez
