Dese un «tiempo fuera» a Ud. mismo. Apártese de la situación y cuente hasta diez. Solo entonces podrá evaluar el problema objetivamente.

Considere lo que pudiese estar afectando a su hijo hoy…
– ¿Está cansado, se siente enfermo o abrumado?
– ¿Necesita merendar?
– Si está inquieto, ¿podría hacer algún ejercicio antes de sentarse a trabajar?
– ¿Tiene los materiales que necesita?
– ¿Comprende las instrucciones de la tarea?

Procure resolver los problemas inmediatos. Si nada funciona, recuerde: Si la tarea de hoy no se termina, no es el fin del mundo!

Si las sesiones de tarea se convierten en un problema permanente para su hijo, considere lo siguiente:

Factores que Ud. puede controlar…
– ¿Trabaja su hijo mejor por su cuenta, con un hermano, con su ayuda?
– ¿Tiene su hijo demasiadas actividades entre manos (por ejemplo lecciones de música o deporte)?
– ¿Tiene un sitio de trabajo donde se sienta cómodo y pueda concentrarse?

Factores a conversar con su maestra…
– ¿Es el volumen de tareas excesivo?
– ¿Tiene su hija particular dificultad en alguna materia?
– ¿Le parece a Ud. que algunas tareas le toman a su hija más tiempo del que podría esperarse?
– Infórmese sobre la política de la escuela en relación con las tareas.

Converse calmadamente con su hijo. Permítale expresar sus inquietudes y sugerencias. Así podrán trabajar conjuntamente para buscar una solución.