La vida sigue con esclerosis múltiple

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A Miguel Ángel Cortés le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad que ataca al sistema nervioso central, hace más de 20 años. Sin embargo, ha conseguido, con esfuerzo y disciplina, llevar una vida normal. Madridiario le ha entrevistado en la sede de la Fundación Salud 2000, una entidad que se dedica a la promoción de la investigación biomédica, la difusión del conocimiento y la defensa de la salud.

¿Cómo fue el momento en el que le diagnosticaron que tenía esclerosis múltiple?

A mí me diagnosticaron que tenía esclerosis múltiple en el 94. En aquella época tenía 22 años. Empecé con un fuerte dolor de cabeza, prácticamente no podía apoyarla en la almohada. Fui de urgencias varios días seguidos al Ramón y Cajal, que era mi hospital de referencia. Me dieron un paracetamol más fuerte de lo normal, pero aquello iba a peor. Terminé yendo un domingo al hospital con pérdida de fuerza en toda la extremidad derecha, tanto en la pierna como en el brazo. Me dijeron que tenía que quedar ingresado, que me harían pruebas durante el transcurso de la semana. Después me diagnosticaron que tenía esclerosis múltiple. Estuve unos 23 o 24 días ingresado y, estando allí, tuve un nuevo episodio que me cogió el ojo izquierdo. Se armó bastante revuelo porque no entendían muy bien cómo me había dado un nuevo brote estando con corticoides.

¿Cómo le cambió la vida?

Te cambia la vida porque, por ejemplo, lo que antes era una cosa tan sencilla como coger un vaso y beber agua con la mano derecha, de pronto ves que no puedes, que tienes que hacerlo con la mano izquierda. Te cambia la vida por completo. La verdad es que es duro.

¿Cómo le afectó psicológicamente?

Fue duro. Yo siempre he hecho deporte, he montado en bici, he jugado al baloncesto, he corrido… y, de pronto, todo ese tipo de cosas dejas de hacerlas porque no puedes. Cuando sales del hospital te enfrentas a una nueva situación. Tienes que seguir luchando como puedes. Mi objetivo era volver a trabajar. Durante un año y medio tuve siete brotes en total, la enfermedad fue muy brusca conmigo. Brote a brote me fui recuperando, aunque me iban quedando secuelas. Hasta febrero del 96, cuando me pusieron el tratamiento con Interferón, lo pasé mal.

¿En qué consiste este tratamiento? ¿cómo le ha funcionado?

En aquel momento mi hospital de referencia era el Ramón y Cajal. Estoy súper contento con la sanidad pública. El jefe de Neurología me propuso un nuevo tratamiento que se llamaba Interferón. Entré en un proceso en el que me enseñaron cómo me tenía que pinchar y el tratamiento empezó a funcionar. No he vuelto a tener un brote más.

¿Nunca se ha saltado el tratamiento? Es usted un paciente modelo…

Eso intento. Jamás se me ha olvidado ponerme la inyección que me corresponde. El ser tan estricto te obliga a cambiar tus hábitos de vida. Si no tienes orden y disciplina, mal vas. Yo me he casado después de tener esclerosis múltiple, he bautizado a mis hijos y jamás se me ha olvidado pincharme.

¿Qué tal se encuentra actualmente?

Es curioso porque me encuentro fenomenal. En el servicio de Neurología me dicen: «Miguel Ángel, estás como Dios». Tengo mis limitaciones, pero bueno, como las sé y sé hasta donde puedo llegar, no me paso. Hago una vida normal. Si yo no digo que tengo esclerosis múltiple es difícil que alguien me lo sepa averiguar.

¿Cree que la sociedad conoce bien esta enfermedad?

Creo que no porque a veces me pongo a hablar con personas que desconocen la enfermedad y la gente lo asocia mucho a un problema de huesos. Entonces tengo que explicar que no, que es un problema del sistema nervioso del central y del cerebro.

En 19 años no ha faltado ningún día al tratamiento. ¿Qué otros hábitos de vida ha seguido?

Una cosa primordial es el tema de la alimentación. A mí no me vale tomarme un sándwich para comer. Intento elaborar comidas. Yo desayuno todos los días un plátano, una manzana, una pera y el zumo de tres naranjas. Todo lo bato y me lo tomo todas las mañanas. Aparte me hago dos tostadas y tomo bebida de soja. No tomo café. Eso me lleva a que me tengo que levantar una hora y media antes todos los días. Intento comer variado: carne, pescado y verduras. No tomo nada de alcohol. Desde febrero del 96 no he vuelto a probar el alcohol, y cuando digo nada es nada, ni una triste cerveza. Brindo en Nochevieja y no me lo bebo.

¿La enfermedad entonces le ha permitido continuar con su estilo de vida?

He continuado con mi estilo de vida, pero con algunas limitaciones. No puedo salir tres noches seguidas hasta las cuatro de la mañana porque si no duermo las horas correctas al día siguiente notaré una baja. Mi exmujer no comprendió muy bien esta disciplina y me costó un divorcio, del cual estoy muy contento. Mi actual pareja comprende perfectamente esta situación. Hay personas y personas.

¿Qué consejo le daría a una persona a la que acaben de diagnosticar su enfermedad?

Cada paciente somos un mundo, a cada uno le afecta de una manera. Lo que hay que hacer es no rendirse. La enfermedad te golpeará duro, pero hay que seguir para adelante y luchar. Lo que no se puede hacer es quedarte sentado en una silla sin hacer nada. Mi cuerpo se queda inútil. Lo que hay que hacer es seguir luchando. ¿Te han diagnosticado esclerosis múltiple? Pues aprende a vivir con ella. Esto no es un catarro, esto vas a tener que vivir con ello para siempre y no es nada fácil. No existe una pastilla que te tomes y estés perfecto. El único día del año que me salto la medicación es el 30 de mayo, para poder levantarme a las 9 de la mañana y correr la carrera de las esclerosis múltiple en 45 minutos.

 

 

 

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