La sordera no es discapacidad, es una una cultura portadora de la lengua

Sordera

La Facultad de Filosofía “Samuel Ramos Magaña” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, a través de su división de estudios de posgrado, llevó a cabo la conferencia “cultura sorda y posmodernidad” a cargo del investigador de la Universidad Nacional Autónoma, Cristian Giorgio Jullian Montañez, quien con su ponencia busca crear una mayor conciencia respecto a la inclusión democrática de las personas que presentan esta discapacidad.

Señala un comunicado, a lo largo de su exposición, manifestó que al hablar de comunidad sorda, se hace referencia a aquella que participa de unos valores culturales y lingüísticos construidos en torno a la lengua de signos y a una concepción visual del mundo, la cual es conformada por personas sordas y oyentes que comparten el mismo legado lingüístico y cultural.

Refirió que la Cultura Sorda es el resultado de un proceso histórico social y cultural de un determinado grupo de la sociedad con características propias, concentrado sobre ciertos aspectos en donde se manifiesta una necesidad de sobrevivencia en el entorno. Su ponencia estuvo integrada por tres etapas, en la primera que correspondió a la Edad Media, en donde expuso que son muy pocas referencias en torno a mudos y sordos; en este periodo es vista como una condición del alma sin ninguna función social específica, incapaz de recibir una instrucción, “de ahí que los individuos que no escuchan o no hablan, no son pensados como una comunidad y mucho menos vistos como una cultura”.

La siguiente etapa fue situada por Montañez entre 1648 y 1952, misma que caracterizó por los cambios demográficos en gran medida por la revolución industrial, “aquí existe un gran avance, debido a que las escuelas especializadas los reúnen y posibilitan la consolidación de las lenguas de señas y los inicios de su identidad, se naturaliza la condición del sordo”.

Añadió que para el periodo posmoderno de 1952 a la fecha, se han logrado importantes avances en este ámbito, como la fundación de la Federación Mundial de Sordos y dar paso con ello a la creación del concepto de comunidad a nivel internacional; “empiezan a constituirse como una comunidad particular por la presencia de una lengua y una cultura propia”, puntualizó. Finalmente dijo que hoy en día la comunidad sorda se encuentra dotada de una estructura asociativa con redes de relaciones, articuladas alrededor de entidades organizadas y cultura propia, donde la sordera ya no es considerada ni deficiencia, ni discapacidad, sino como una cultura portadora de su lengua; la cual debe ser incluyente, más justa, más igualitaria y humana.

Original.

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