La soledad en los niños con dificultades de aprendizaje – El por qué y el cómo


 

Para un padre, existen pocas cosas tan difíciles de presenciar como un hijo que intenta una y otra vez entablar amistad y fracasa. Las investigaciones revelan que los niños con Dificultades de Aprendizaje (DA) son más propensos a la soledad. La Dra. Malka Margalit, Jefa del Constantiner School of Education en la Universidad de Tel-Aviv (Israel), es una de las principales investigadoras de la soledad de los niños con DA. A lo largo de los últimos 25 años, Margalit, sus colegas y otros investigadores han aprendido mucho sobre cómo el niño experimenta la soledad; como reaccionan los demás niños al muchacho con DA solitario; y como ciertas fortalezas personales y apoyos de los adultos pueden ayudar al niño con DA a evitar o superar la soledad (…)
¿POR QUÉ TIENEN LOS NIÑOS CON DA MAYOR PROPENSIDAD A SENTIRSE SOLOS?

Según la Dra. Margalit, los niños con DA tienen características personales que no solo aumentan la probabilidad de sentirse solos, sino que les dificultan el manejo de los sentimientos asociados con la soledad (1). Margulit señala que los niños con DA que experimentan soledad frecuentemente tienen dificultades reales de interacción social, lo cual tiende a resultar en una red social deficiente, bajo status social, y el rechazo de otros niños.

La Dra. Margalit describe tres factores que con frecuencia son predictivos de las dificultades sociales y de la soledad en los niños con DA.

Déficits de conocimientos. Es posible que estos niños no hayan adquirido los conocimientos apropiados para su edad y necesarios para desarrollar relaciones sociales satisfactorias (2). Por ejemplo, es posible que no comprendan lo que tienen que hacer para ser considerados “un buen amigo” o lo que deben esperar de sus buenos amigos. Cuando se les pregunta, “¿Qué significa ser un buen amigo?” o “¿Qué puedes hacer para que otros niños te inviten a jugar?”, no responden con los conocimientos y la comprensión de sus compañeros sin dificultades de aprendizaje.

Déficits en la ejecución (performance déficit). Aún cuando tengan conocimientos sociales apropiados para su edad, los niños con DA posiblemente no sepan convertir esa información en la conducta social apropiada (3). Por ejemplo, es posible que Daniel sepa que tiene que esperar su turno durante un juego con sus amigos. Sin embargo, no logra controlar su entusiasmo y reacciona a la frustración de tener que esperar volviéndose agresivo o llorando. Esta conducta no le hará popular con los demás muchachos.

Adoptar la conducta del niño rechazado. A veces las palabras y las acciones del niño solitario comunican a los demás que tiene bajo autoconcepto y que no espera ser aceptado por el grupo o hacer amigos (4). Por ejemplo, Sara quiere unirse a un grupo que juega pero a la vez anticipa que no se lo permitirán. Está preparada emocionalmente para ser rechazada. Por lo tanto, si al acercarse los ve riéndose, podría asumir que se están riendo de ella o riéndose porque se quiere integrar al juego. Si se siente ansiosa o no tiene suficiente paciencia para esperar y averiguar lo que realmente está sucediendo, podría decir enseguida, “Si no quieren que juege con Uds. entonces ¡me voy!” De esta forma, Sara podría “ocasionar” la situación que justamente teme.

Adicionalmente, es posible que sea más difícil para los niños con DA pasar tiempo solos. “Los niños pequeños necesitan ayuda constante de los adultos para ocuparse y divertirse con las actividades,” comenta Margalit. “A medida que van creciendo, desarrollan la habilidad de involucrarse más independientemente y disfrutar de actividades solitarias. Sin embargo, es posible que el niño con DA tenga un desfase en el desarrollo de la habilidad para disfrutar de actividades solitarias, debido a su intranquilidad, dificultades de lectura o períodos de atención más breves. Como resultado, su sentimiento de soledad podría ser más agudo, y su necesidad de tener amigos más apremiante” (5).
La experiencia de soledad del niño

Antes de describir cómo el niño siente la soledad, la Dra. Margalit dice que es importante diferenciar entre soledad y recogimiento (loneliness and solitude). El recogimiento es la experiencia positiva de decidir pasar tiempo solo, para des-cansar de las obligaciones del día o involucrarse en actividades de ocio, intelectuales o de trabajo creativo. Sin embargo, cuando un niño se siente solo, se siente mal por tener menor número de contactos sociales y/o menor satisfacción de ellos.

Las investigaciones señalan que los niños experimentan dos dimensiones interrelacionadas de la soledad (6):

La Soledad social se refleja en la dificultad del niño para unirse a los grupos y mantener conexiones sociales satisfactorias. Las investigaciones han asociado estas dificultades al rechazo del niño con DA por otros niños. Ciertamente con frecuencia se presenta este rechazo. Margalit reporta que durante las entrevistas realizadas a lo largo de la investigación varios niños se quejaron de que sus compañeros no los invitaban a las fiestas o al cine. Decían con tristeza “Todos se divierten mientras yo estoy en casa.”

La Soledad emocional se refiere a no tener un buen amigo y la incapacidad de formar vínculos interpersonales estrechos. La soledad emocional se refleja en otro tipo de comentario. Un niño que experimenta soledad emocional podría decir “No tengo un verdadero amigo – alguien en quien confiar y con quien compartir mis secretos.” Al preguntarles sobre la naturaleza de esos “secretos”, respondían “Son solo secretos – cosas que se me ocurren.” A veces también expresaron sentimientos de alienación, al decir cosas como “Nadie me comprende en realidad.”

La Dra. Margarit afirma que en conversaciones con padres e hijos durante las investigaciones se pudo apreciar que la soledad social y emocional con frecuencia se relacionan. Por ejemplo, Ben describía sentirse solo después de clases cuando los muchachos iban a jugar football y no lo invitaban. Desde la perspectiva de Ben, todos parecían tener amigos cercanos que pasaban tiempo juntos conversando y echando bromas. A Ben le parecía que a nadie le importaba -ni siquiera lo notaban- que él no participara en el juego.

Las investigaciones han permitido identificar dos subtipos de soledad en niños con DA (7). Estas categorías podrían ser particularmente útiles para los padres o maestros que buscan la forma de ayudar al niño a ser más competente socialmente. En vista de las características contrastantes de los dos subtipos detallados abajo, sería imposible diseñar un abordaje de “talla única” para ayudar a los muchachos con DA a afrontar y superar la soledad.

Interiorizada (internalized). Estos muchachos tienden a ser retraidos, no agresivos, introvertidos, extrema-damente solitarios y aislados. También se caracterizan por ser ansiosos, aprehensivos, tímidos y con baja asertividad social.

Exteriorizada (externalized). Este grupo de niños solitarios con DA eran percibidos por sus padres y maestros como más agresivos, a veces hiperactivos, frecuentemente deficientes en la resolución de problemas y carentes de destrezas sociales, mostrando una tendencia a responder con ira y hostilidad.

Adicional a esos dos subtipos psicológicos/conductuales generales de niños con DA, se han identificado varias dificultades sociales y psicológicas específicas que podrían presentarse en estos niños (8):

Una percepción negativa de sí mismos. Por ejemplo, la mamá de Tom señala que su hijo parece tener más amigos en su nueva secundaria. La respuesta de Tom es: “Espera unas semanas; cuando me conozcan mejor, me echarán a un lado.”

Una percepción negativa de los demás. Por ejemplo, Bob, de siete años, se niega a participar en el juego de pelota que organizan los muchachos después de clases, aunque lo han invitado a participar. Cuando su maestra le pregunta por qué no participa, Bob responde: “En realidad ellos no quieren que yo juegue, solo quieren reirse de mi.”

Falta de receptividad en situaciones sociales. Por ejemplo, cuando un grupo de niños le pide a Guy que los ayude en un juego, éste se enoja y se niega porque no se da cuenta que los demás muchachos le están ofreciendo la oportunidad de incorporarse al grupo.

Patrones inapropiados de compartir información personal. Por ejemplo, cuando una compañera le pregunta a Rina si le gusta su nueva clase, Rina responde detalladamente sobre las injusticias, reales e imaginadas, que sufre en la escuela, aburriendo a la muchacha que simplemente quería interesarse un poco en su nueva compañera.

El identificar cómo su hijo experimenta la soledad constituye el primer paso para ayudarlo. Al igual que sus problemas académicos requieren evaluación, objetivos de intervención, pasos planificados para alcanzar los objetivos y apoyos del adulto, sus dificultades sociales-emocionales se beneficiarán de un abordaje sistemático e individualizado que se enfoque en empoderarlo.

Nota: Este artículo fue escrito en inglés originalmente y apareció en Schwablearning.org, organización que no se responsabiliza por esta traducción.
Nota de la traductora: A continuación hemos traducido el primero de dos artículos resumiendo las investigaciones de la Dra. Malka Margalit sobre el tema de la Soledad en niños con DA. Cabe señalar que en inglés existe una sutil diferencia entre las palabras “Loneliness” (connotación negativa) y “solitude” (connotación positiva). El artículo hace referencia a esta distinción. No encontramos un equivalente exacto en español por lo cual hemos intentado aproximarnos empleando los términos “soledad” y “recogimiento” respectivamente.
REFERENCIAS:

Margalit, M. & Al-Yagon, M. (2002). “The loneliness experience
of children with learning disabilities.” En B.Y.L. Wong & M. Donahue (Eds.). The social dimensions of learning disabilities (pp 53-75). Lawrence Erlbaum, New Jersey. .
1. Margalit, 1994; Pavri & Monda-Amaya, 2000; Sabornie, 1994
2. Pearl, 1992
3. Vaughn & LaGreca, 1992
4. Margalit, 1994
5. Margalit, 1991
6. Buchholz & Catton, 1999; Weiss, 1973
7. Margalit & Al-Yagon, 1994
8. Margalit & Al-Yagon, 2002

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